INVIERNO Y SENSIBILIDAD.

Hola mis amados:

Es un bello mensaje este que nos comparten aca, porque al final dan unos consejos muy sabios para que los tengamos en cuenta en nuestro diario vivir, porque los consejos son para que seamos mas sabios y apliquemos la enseñanza a nosotros y podamos instruir aquellos que no lo saben.

INVIERNO

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, asi que busco un arbol muerto y lo corto. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese arbol le brotaron renuevos.

Mi padre dijo: «Estaba yo seguro de que ese arbol estaba muerto. Habia perdido todas las hojas en el invierno. Hacia tanto frio, que las ramas se quebraban y caian como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aun alentaba la vida en aquel tronco».

Y volviendose hacia mi, me aconsejo: «Nunca olvides esta importante leccion. Jamas cortes un arbol en invierno. Jamas tomes una decision negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las mas importantes decisiones cuando estes en tu peor estado de animo. Espera. Se paciente. La tormenta pasara. Recuerda que la primavera volvera».

~ Robert Schuller ~

SENSIBILIDAD.

En legítimo buscar afecto y comprensión.

Pero muchas veces no encontramos a ese alguien que muestre interés por nuestras necesidades.

La sensibilidad nos permite descubrir en los demás, a ese <> que piensa, siente y requiere de nuestra ayuda.

No pensemos en meras emociones que se manifiestan con risas o llantos exagerados y tal vez <> pena o disgusto por todo.

Ser sensible va más allá de un estado de ánimo: es permanecer alerta ante todo lo que ocurre a nuestro alrededor. No es signo de debilidad. No es blando el padre de familia que se preocupa por la educación de sus hijos; el empresario que vela por el bienestar de sus empleados; quien escucha y alienta a un amigo.

La sensibilidad es interés, preocupación, colaboración, y entrega generosa.

A veces preferimos aparentar ser duros para no involucrarnos en cosas que calificamos como fuera de nuestra competencia. Las penas ajenas nos resultan incómodas. Pensamos que cada quien tiene suficiente con sus propios problemas, sin preocuparse de otros. Pero casi peor que el odio es la indiferencia.

Puede parecer extraño, pero en cierta forma somos insensibles con nosotros mismos, pues generalmente no advertimos el rumbo que le damos a nuestra vida: pensamos poco en cambiar nuestros hábitos para bien; casi nunca hacemos propósitos de mejora personal; fácilmente nos dejamos llevar por el ambiente sin poner objeción alguna; trabajamos sin orden y desmedidamente.

Muchas veces nos limitamos a conocer el nombre de las personas, incluso compañeros de trabajo o estudio, criticamos y enjuiciamos sin conocer lo que ocurre a su alrededor o si su familia pasa por una etapa difícil.

Ser sensible a la realidad ajena nos lleva a ser más humanos, realistas y comprensivos.

Despertar el órgano de la sensibilidad nos abre a la realidad y sus múltiples facetas. Con sentido común y espíritu cristiano, podemos hacer frente a todo tipo de inconvenientes, con la seguridad de hacer el bien poniendo todas nuestras capacidades y sentidos al servicio de los demás.

Hoy en dia hace falta la sensibilidad, que nosotros seamos lo contrario ante los demas, las situaciones y necesidades que puedan tener las personas, porque no solo es para manifestarla en quienes amamos, los ajenos tambien deben ver que en nosotros la sensibilidad esta a flor de piel, por tanto dejemos esta huella en cada vida que nos pueda necesitar.

Los amo y bendigo en Jesucristo.

MAGNOLIA.

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