DEVOCIONAL – CUANDO LA DEBILIDAD ASOMA
«Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos». Jueces 13:5
Sansón era nazareo, alguien apartado para Dios. Su cabello largo un símbolo de la sujeción a Dios, una señal de estar bajo autoridad. Sin embargo Sansón no fue fiel a sus votos. Se llegaba a mujeres extranjeras, participaba de banquetes mundanos… su corazón licencioso e impulsivo no reconocía ningún límite. Finalmente, le cortaron el cabello y con él perdió la unción de Dios, el respaldo Divino.
El fracaso de Sansón nos permite examinarnos y tomar medidas a tiempo para revertir una caída.
Un cristiano que está en peligro no presta atención a una debilidad evidente de su carácter. En el caso de Sansón, su debilidad era la inmoralidad sexual, las mujeres. No tenía reparos en acostarse con una ramera (Jueces 16:1) y elegía sus esposas con solamente mirarlas (Jueces 14:3).
El problema no es tener un punto débil, todos los tenemos, el problema es ignorarlo. ¿Cuál es tu debilidad? Debes reconocerla y protegerte, estar alerta a no ceder a ella. Debes tener cerca de ti, hermanos mayores que te ayuden cuando la tentación o el conflicto se torne irresistible para ti. No permitas que tu debilidad te domine.
Sansón tenía debilidad por las mujeres y cayó en manos de una mujer. Nunca le dio importancia a su debilidad, y esa actitud negligente le costó todo: su vida y su ministerio.
No caigas en la misma trampa.
DIOS TE BENDIGA
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