La Depresión

La Depresión

Un porcentaje del 10 % de la población mundial sufre de depresión. Muchos de nosotros lo hemos vivido, tenemos un familiar depresivo o vamos a tener que ministrar a alguna persona que está en depresión.
Podemos definir a la depresión como el descenso del ánimo, cuando baja el ánimo, de tal manera que todas las áreas de la personalidad quedan afectadas.

Para identificar la depresión, tengamos en cuenta estas diferencias:
Depresión: baja del ánimo que persiste en el tiempo, es una enfermedad.
Bajón: momentáneo, dura unos días o unas horas, es normal.

Los síntomas de la depresión pueden ser: pérdida del interés, angustia, tristeza, ideas de suicidio, dificultad para empezar o terminar cosas, culpas, dormir demasiado o no dormir nada, comer mucho o no comer nada, baja estima, ideas de Dios distante, o castigo.

Los motivos de la depresión pueden ser, por agotamiento, por conflictos, luchas, problemas, pecados,etc. Cuando hay un vacío interior, por pérdidas no resueltas, divorcio, muertes, perdida de un amor o de un trabajo.

Cuando aconsejamos o hablamos con personas en depresión solemos cometer errores frecuentes tales como, alentar con palabras o sobre proteger ó juzgar la fé de la persona, etc. Con estas actitudes no ayudaremos a la persona depresiva.

En el proceso de ministrar sanidad interior a personas en depresión, tal como se describe en el libro «Sanidad Interior a través del modelo de las cuatro puertas» debemos hacer que la persona que está siendo ministrada renuncie a las pérdidas ya que esto le ayudará a cerrar su pasado, confiese y renuncie a todas sus broncas por las cosas que le han sucedido, además deberá renunciar a toda imagen negativa acerca de Dios, y a toda idea de suicidio.

Algunas sugerencias que sí podemos dar son ejercicios prácticos que le permitan a la persona desvincularse de las cosas que lo atan con su pasado en forma negativa.

Podemos sugerir que la persona que se encuentra en depresión escriba una carta a eso que perdió (trabajo, pareja, dinero, etc.), que traiga esa carta para leerla juntos. Después de discutir acerca de lo que escribió, la va a quemar junto con todas las cosas que tenga y que la vincule con lo que perdió.

Ej. : si es una pareja va a tirar todo lo que esa pareja le dio; deshacerse de fotos, cartas, regalos. si es algo valioso, podrá regalarlo a los pobres.

Como próximo paso deberá a hacer una reunión de despedida y simbólicamente cerrará su pasado.

Es importante tener en cuenta que si la persona perdió un familiar hace poco tiempo, no debemos dar esta tarea porque necesita pasar el proceso del duelo que ya hemos mencionado.

Quienes se encuentren en depresión deben saber reconocer qué cosas, circunstancias o personas le hacen mal. Deben reconocer cuáles son los factores que incentivan su depresión y decidir evitarlos, por ejemplo personas negativas, noticieros, familiares conflictivos, religiosos legalistas, etc. Asimismo quienes deseen dejar atrás la depresión deben aprender a decir «no», poniendo límites a las personas. Deberá aprender a respetarse reconociendo lo que puede y lo que no puede hacer, sin asumir más responsabilidades o cargas de las que puede sobrellevar. Debe estar cerca de alguien lleno del Espíritu Santo, unirse con personas llenas de la vida de Dios, como hizo Moisés con Josué, Josué con Caleb, Elías con Eliseo, Juan el Bautista con Jesús, Timoteo con Pablo, etc.

Podrá salir de la depresión aprendiendo a ver las cosas como Dios las ve. Utilizar los ojos de la fé es mucho más que misticismo, la fé en la palabra de Dios nos llena de energías al mostrarnos los propósitos de Dios para cada uno de nosotros.

Debemos cultivar la mente con la palabra de Dios, cuidando nuestro interior de todo pensamiento negativo. Llenando nuestro espíritu del Espíritu de Dios. Y rechazando todo espíritu de tristeza ya que Dios nos dio Espíritu de amor y de poder.

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