VALOR EN LA HORA DE LA SOLEDAD

El sentimiento de soledades una emoción poderosa. Puede llevar a la desesperación, o abrir una puerta alcielo. Es una condición para la que no fuimos hechos. Dios dijo que no erabueno que el hombre estuviera solo. Por eso creó a Eva. Y luego vino el pecado,el separador. Desde entonces, hemos tratado de recuperar la íntima relación quese perdió en el Edén. Comenzamos esta peregrinación buscando buenas relacionescon otras personas. Los amigos y la familia ayudan, pero su presencia no puedesustituir la comunión con el Padre celestial. Los amigos pueden estorbarnuestros esfuerzos, al pretender ofrecer lo que solo Dios puede darnos. Elpermitir que algo tome el lugar de Dios, es idolatría. La idolatría tiene queser destruida. Por esta razón vemos a lo largo de la Biblia a hombres de Diossometidos a la prueba de la soledad.Ya sea Jacob luchando solo con un ángel, Elías de pie solo en el monte Sinaí, oPablo solo, enfrentando procesos legales ya que sus amigos lo abandonaron.
Esasexperiencias tienen un solo propósito: traernos al punto donde toma descubrirpor nosotros mismos que Dios es real. El proceso de aprendizaje puede durar untiempo, pero es probablemente que nos entreguemos a Dios y dejemos que Él haga.Si experimentamos la soledadtotal, podemos aferrarnos a esta promesa: "No te desampararé, ni tedejaré" (He. 13:5). Dios es nuestro buen Pastor y tiene cuidado denosotros.

Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con loque tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de maneraque podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré loque me pueda hacer el hombre.(He. 13:5-6)

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