Confianza — Base Para La Vitória


"Porque tú, oh Señor Dios, eres mi esperanza, Seguridad  mía desde mi juventud" (Salmos 71:5).

Cuando el Almirante Du  Pont  dio  a  su  oficial  superior, Farragut, la explicación de por qué él falló en  llevar  sus barcos para el Porto Charleston, Farragut lo  oyó  hasta  el fin y entonces dijo: "Almirante, existe una explicación  que usted no dio." "¿Cuál?" preguntó Du Pont.  "Ésta:  Usted  no creyó que podía hacer esto." Esta falta de confianza ha sido la razón de fracasos, no solo en el  campo  de  guerra  pero también en la guerra mayor, del alma. (McCartney)

¿Hasta que punto hemos ejercitado la fe que Jesús tiene  nos enseñado?  ¿Hemos  aprendido  a  confiar  mismo  cuando  las apariencias nos muestran el contrario? ¿Hemos perseverado en la batalla por nuestros sueños aun  que  les  parezca  estar cada vez más distantesí

Es muy fácil creer en la conquista  de  un  objetivo  cuando todos los pasos siguen firmes en la dirección  cierta  y  el brillo del objetivo a alcanzar ya puede ser  vislumbrado  de lejos. La verdadera fe es demostrada cuando todo nos  indica que fracasamos, que no llegaremos a lugar  ninguno,  que  lo más sensato es  desistir,  y,  con  los  ojos  brillando  en dirección al alto, seguimos  enfrente.  En  los  labios  una sonrisa de esperanza y en el corazón  un  mensaje  que  solo Dios puede leer: "Señor, yo te agradezco porque  sé  que  la victoria vendrá, pues, Tu ya a tienes lista para mí."

Hay una canción antigua que nos dice: "Yo solo confío en  el Señor, que no va a fallar. Yo solo confío en el Señor,  sigo a cantar. Si el mal me viene… en él confiaré."

Que ésta sea la grande motivación  de  nuestra  vida:  creer siempre, confiar sin  reservas.  Así  estaremos  aptos  para grandes conquistas y el Señor Jesús  será  engrandecido  por cada una de nuestras acciones.

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