|
|||
|
__
Lo que doy con mayor dificultad debo darlo primero el perdón. El "perdón", asi, ¡tal como suena! Debo perdonar, volver siempre a perdonar. Si dejo de perdonar empiezo enseguida a levantar un muro. Y un muro es el principio de una cárcel. En la vida tengo necesidad de hacer, sobre todo dos cosas: "comprender" y "olvidar". Conozco a mucha gente y conozco los secretos de muchos. Estoy cada vez más persuadido de que no existen dos hombres idénticos. Cada hombre es un mundo aparte; vive, piensa, siente y reacciona a partir de su mundo, cuyo centro profundo me resulta siempre extraño. Por eso entre los hombres se crean, casi necesariamente, roturas, fricciones e incomprensiones. Solamente si comprendo que el otro es "otro", y si estoy dispuesto a perdonar será posible "vivir juntos". De otra suerte la vida se convertirá en un recíproco asedio y viviré día tras día en guerra, caliente o fría. Hay ocasiones excelentes, excepcionales, para desterrar los litigios. Dado el primer paso, el más difícil, el resto será una "fiesta". ¡El perdón! ¡El regalo más hermoso! |
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.