Por falta de un clavo, se perdió la herradura; por falta de una herradura, se perdió el caballo; por falta de un caballo, se perdió el jinete; por falta del jinete, se perdió la batalla; por falta de una batalla, se perdió el reino.
Esta cadena de situaciones, cuyas consecuencias se agravan cada vez más, es una realidad que se constata a menudo. Basta un pequeño descuido para que se forme un alud de sinsabores. He aquí otro ejemplo: por ser negligente en programar el despertador, se pierde el tren, se pierde la entrevista para encontrar trabajo; el puesto es dado a otro; las deudas se acumulan y finalmente se debe vender la vivienda.
Ocurre lo mismo en la esfera espiritual a la cual se pueden aplicar los siguientes versículos: Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado (Proverbios 6:10-11).
El versículo del encabezamiento recuerda al cristiano su responsabilidad de ser fiel y honesto aún en las cosas más pequeñas, pues esto lo preservará de ser deshonesto en las más grandes. Dios no podrá confiarnos responsabilidades importantes si descuidamos los pequeños servicios, tal y como lo explican los versículos que vienen a continuación de Lucas 16:10. Apliquémonos, pues, a comportarnos fielmente aun en lo que nos parece tener poca importancia.
Ahora que te conozco, permaneceré en ti siempre y tú en mí.
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