Devocional Biblico – Los hombres tambien lloran

LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN
José Luis Gonzalez

http://josemanuel.garciaheras.com/blog/wp-content/uploads/2007/02/llorando.jpg

"Entonces José se apresuro, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y busco donde llorar; y entro en su cámara, y lloro allí"( Génesis 43: 30 )


Basta leer esa frase:

" ..se conmovieron sus entrañas ", para darnos cuenta de la profundidad del dolor cuando lloramos por una causa que no podemos controlar, y que nos produce una enorme angustia.


En un español mas sencillo, significa:

" se le revolvieron los intestinos".

Esta experiencia, la sufre todo cristiano.  Y personalmente, dentro de mi trabajo en el ministerio, he sido testigo de muchas lágrimas derramadas tanto por mujeres, como por hombres, porque ellas no hacen acepción de personas, y aún el hombre mas fuerte, poderoso, acaudalado y hermoso, no podrá evitar pasar por ese valle, porque esta en el camino de la vida.

Es un valle, no escaso, no liviano, sino un valle amplio y frió, no hay nadie que lo pueda pasar por alto, ni mucho menos negociar con el, porque es un valle frío, que no se conmueve por nada, y cuando llegamos a esa cita, nonos trata con amabilidades o "paños tibios", sino que nos trata con todo su furor, y nos hace sentir sin ninguna defensa.

Yo he estado muchas veces en el también, y por esa razón, puedo comprender que detrás de las lágrimas hay un dolor en el alma, porque esta herida, y muchas veces sangrante.  En ese momento no hay palabras suaves que nos calmen, no hay melodía que nos ponga tranquilos, únicamente el abrazo de Dios puede sostenernos, porque El lo sabe dar, porque paso por esas experiencias.  Cristo mismo lloro amargamente, y sabe lo que es sentir morirse de dolor en el alma.

Cristo sabe como ayudarte cuando tu alma gime, porque nos sentimos como niños desamparados ante el océano de la angustia.

Cuando el terrible dolor nos golpea las profundidades de nuestra vida, parece que el tiempo se detiene, y que todas las formulas humanas han fallado en contra nuestra; las defensa del mismo organismo se vienen abajo, y las fuerzas para luchar y esforzarse se ven esfumadas hacia el cementerio de los valientes.

Cuando todo falla, nuestras piernas no son capaces de sostenernos, todo nuestro ser tiembla, desconfiamos de todo el mundo, y el nerviosismo se apodera de nuestro corazón.

Los hombres también lloramos, nos quebrantamos hasta llegar a un nivel que esta mas abajo que el mismo polvo, y aún el numero cero llega a tener valor comparado con las terribles humillaciones a las que nuestro ser es sometido.

¿Los has visto llorar?

quizá no, porque la mayoría de los hombres nos metemos como José, a las habitaciones a llorar, para que nadie nos mire, allí desgarramos el alma ante Cristo, rasgamos las vestiduras, nos halamos la barba, y damos gritos de dolor mientras las lágrimas dejan humedecidas las camas o el piso.

Allí esta la gran cantidad de siervos, que están sufriendo el desempleo, mientras sus hijitos les piden cuadernos y una hamburguesa , y al buscar en sus bolsillos, encuentran únicamente una moneda de veinticinco centavos.

Allí postrado esta el varón que domingo a domingo va a la iglesia con su flamante esposa que se viste muy elegantemente, y la descubrió en amores con el diacono que la aconsejaba.

Derramando lágrimas de tristeza esta el pastor que por muchos años ha atendido a su rebaño y que ahora le pagan con murmuraciones que golpean su corazón.

Con los ojos inflamados de tanto llorar y con la mirada perdida, esta el padre de familia al descubrir que su hijo haca ido en las garras del vicio.

llorando por el camino va aquel hombre que se ha despedido de su familia, para partir hacia otra tierra, porque en su país no encuentra trabajo.

Otros lloran frente a la cama de un hospital, en la sala de cuidados intensivos, al ver a su ser querido moribundo.

Otros se desvanecen frente al féretro de su familiar en la funeraria.

Muchos lloran en las prisiones al saberse condenados por muchos años.

Otros están llorando porque el Espíritu Santo los ha convencido de pecado, de justicia y de juicio.

Cualquiera que sea la causa por la que el hombre llora, siempre tendrá la oportunidad de llegar a la presencia de Dios,ponerse a cuentas con El, salir purificado y entrar a la etapa de restauración.

Oración:

Poderoso Padre Santo, nos acercamos ante ti para interceder por todos los siervos tuyos que gimen de dolor.

Tu los conoces por nombre y también sus necesidades.  Bendi celos amado Dios, abre les puertas a todos, y brinda les el consuelo anhelado.

En el nombre de Cristo Jesús Amen


Devocionales Cristianos www.devocionalescristianos.org

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí