En Europa, un hombre fue al negocio de un orfebre a comprar algunas cosas.
En todo el rato que estuvo en el negocio, no vio al duenio del negocio. Al finalizar sus compras, busco al propietario y vio que al fondo habio una puerta que daba al exterior. Al pararse en el umbral, habia una puerta que daba al exterior. Al pararse en el umbral, vio al duenio(un refinador) sentado ante una gran vasija de la cual no sacaba los ojos de encima, a pesar de que el cliente trataba de hablarle acerca de la compra de cierta mercancia.
El cliente le pregunto si no podia dejar de hacer lo que estaba haciendo y entrar al negocio para ocuparse de la transaccion.
– No – dijo el refinador. Explico que no podia dejar el metal en el recipiente ni siquiera por un minuto-. Es muy importante que este metal, que es oro, no se endurezca hasta que se le vayan todas las impurezas. Quiero que sea oro puro.
Si el fuego es demasiado caliente, lo estropea y si el fuego se enfria, el oro se endurece con las impurezas adheridas- le aclaro que no lo dejaria, que ni siquiera le sacaria los ojos de encima. Que se quedaria ahi sentado hasta que terminara por completo. El cliente le pregunto cuanto tiempo se demoraria.
– Sabre que esta listo cuando mi imagen se refleje con nitidez en el metal.
Esta es una hermosa historia porque da a entender que Dios siempre esta cuidando de mi y guardadndome de las tribulaciones que me salen al paso para estar seguro de que no sean muy intensas. Pero El tambien se asegura de que haya bastante presion como para seguir obrando en mi.
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