Deovocional – Manteniendo Las Hachas Afiladas "

Deovocional – Manteniendo Las Hachas Afiladas «


Porque el Señor vuestro Dios es quien pelea por vosotros» (Josué 23:10)

Un hombre desafió otro para una competición de corte de madera durante un día entero. El desafiador trabajó muy duro, parando apenas para un almuerzo rápido. El otro tuvo un almuerzo vagaroso y paró varias veces durante aquel día. En el final de la competición, el desafiador se sorprendido y aburrido al constatar que el compañero a quien desafiara había cortado un número mayor de madera.

«Yo no puedo comprender», dijo él. «Verifiqué que usted paró varias veces para descansar y, así mismo , cortó más madera de lo que yo». «Pero usted no notó», dijo el leñador victorioso, «que toda vez que yo me sentaba para descansar, afilaba mi hacha.»

Muchas veces creemos que debemos hacer el máximo de cosas en el menor tiempo posible. Esforçamonos hasta estar exaustos.
Tenemos varios planes y sueños y, de manera desordenada, seguimos enfrente con el propósito de realizarlos.

Trabajamos sin cesar y no paramos hasta que el sueño sea realizado. Pero no siempre alcanzamos éxito y los fracasos experimentados nos desapuntan y nos hacen desistir.

Olvidamos de la palabra en las Escrituras: «Hay tiempo para todo debajo del cielo». Necesitamos saber el tiempo cierto para cada realización. Y, lo más importante, hemos de saber la hora de «afilar nuestra hacha».

Los discípulos del Señor tenían el momento de parar la pesca y «lavar y arreglar las redes». Necesitamos saber también cual el momento de parar y buscar la dirección de Dios.

Ningun sueño será realizado si no lo coloquemos en el altar del Señor. Necesitamos hablar con Él y oír su voz.
Necesitamos pedir Su dirección y dejarnos llevar por Sus manos. Necesitamos confiar más en él que en nosotros.

Cuando nuestras hachas espirituales están herrumbradas y sin corte, golpeamos y golpeamos contra los obstáculos y ellos no son derribados. Cuando están afilados por nuestras oraciones y momentos pasados a los pies del Salvador, son usados bajo el poder del Señor y no hay obstáculo que ose permanecer a nuestra frente.

Si usted está intentando vencer las luchas con su hacha sin filo, pare un poco y afile en la presencia de Jesus. La victoria será completa.

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