Devocional – Cuando El Miedo Nos Invade…

Devocional – Cuando El Miedo Nos Invade…

«En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré» » (Salmos 56:4)

Al final del año de 1944, Burt Frizen estaba luchando en la Batalla del Bulge (Batalla de las Ardenas). Alcanzado por el enemigo, muy herido e incapaz de moverse, él estaba caído en la liza, esperando la muerte. En la mayor parte de las largas seis horas que estuvo allí caído, él inúmerables veces cantó suavemente una canción que había aprendido con su madre: «existe un nombre para mí muy querido . . . como música dulce para mi oído. . . cuando mi corazón está apretado y lleno de miedo… Jesus me llena de paz.» De repente él oye un barullo próximo. Abriendo sus ojos, él vio un soldado alemán de pie junto de él con un arma en la mano.

«Llegó la hora», pensó Burt mientras esperaba por el disparo. Empezó a cantar nuevamente la canción y sintió cuando los alemanes lo irguieron, con brazos Furtes, y lo colocaron sobre el borde de una roca. Los propios alemanes cuidaron a sus heridas, lo animaron y lo llevaron para un lugar seguro. Jesus lo llenó de paz en aquel tiempo de guerra.

Muchas veces nos sentimos como aquél soldado en el campo de batalla. Nos Sentimos impotentes, sin esperanzas, derrotados y tomados por el miedo. Miedo de no conseguir levantarnos nuevamente; miedo de las críticas por un fracaso mas; miedo de abrir los ojos y encarar aquéllos que confiaban en nosotros.

Pero, por peor que sea nuestra situación, por mayor que sea nuestra frustración, por más que las circunstancias griten que la derrota es inminente, siempre valdrá la pena cantar, en lo íntimo del alma, «Jesus, confío en Ti. Eres mi esperanza, Eres mi fuerza, Eres mi alegría. Sé que Tu transformarás mi derrota en victoria».

Cuando Jesus está en nuestros corazones, por más difícil que sea la crisis por la cual estemos pasando, nada estará perdido. Todo es posible para nuestro Señor. Él nos sostiene, nos abraza, nos auxilia cuando la aflicción nos domina. Él nos ama y tiene placer en darnos lo mejor. Las luchas y dificultades se volverán gradas para nuestra edificación y crecimiento espiritual. Seremos fortalecidos y el nombre del Señor glorificado para siempre.

Que la música de aquel soldado sea siempre cantada por todos nosotros. Cuando todo parezca perdido… «Jesus nos llena de paz.»

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