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¿Cuál es el mayor proyecto arquitectónico de todos los tiempos?

¿Cuál Es El Mayor Proyecto Arquitectónico?

El Mayor Proyecto Arquitectónico «en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu» (Efesios 2:22).

Cuando pensamos en grandes proyectos de edificación, ¿qué nos viene a la mente? Podemos pensar en grandes edificios que fueron construidos siglos atrás y que permanecen hasta hoy.

El Kremlin ha sido construido 500 años atrás y era una maravilla arquitectónica de su tiempo.

La Grande Muralla de China ha sido construida en los siglos 15 16 y tiene más de 6 mil kilómetros de largo.

La construcción del Taj Mahal llevó 22 años para ser construida por 20 mil trabajadores.

Muchos proyectos llevaron décadas enteras para ser completados.

El Templo de Herodes, destruido en el año 70 de nuestra era, llevó 80 años para ser construido.

La Basílica de San Pedro comenzó a ser levantada en 1506 y solo ha sido concluida en 1615, 109 años más tarde. Pero tan espectacular como cualesquiera de estos proyectos que los ojos del hombre pueden ver, existe un edificio que tornará todos los demás insignificantes. Su proyecto es tan deslumbrante que no podría ser dibujado ni por los mayores arquitectos.

Su obra no ha llevado décadas o siglos, pero milenios, y aún no está acabada. Su área no es de kilómetros o millas, pero de todas las partes de la tierra. Lo que más sorprende es que este edificio no tiene ninguna parte de acero, ladrillo, concreto o ventanas. El material de su construcción es sin igual. Es hecho de piedras preciosas llamadas «piedras vivas».

Diferentemente de todos los otros proyectos, este edificio no desaparecerá con el tiempo. Permanecerá para siempre. ¿Que maravilloso y mayor de los edificios es este?  Es la Iglesia, proyecto mayor de Dios.

Es un gran privilegio para nosotros hacer parte de esta grande obra del Dios vivo.  Él nos separó para integrar su plan. Somos piedras preciosas escogidas por el Señor para esa fabulosa construcción. ¡Alabado sea el nombre de nuestro Dios!

Muchas veces nos sentimos pequeños, inútiles y sin cualquiera valor. ¿Pero cómo no? ¡No hay nadie más importante que nosotros! ¡Somos hijos de Dios! ¡Somos su Iglesia! Esa alegría no tendrá fin… Permanecerá por todo la eternidad.

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