El Placer En Servir

 

El Placer en Servir 

Placer En Servir «Bienaventurados los humildes en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5:3).

 

Robert E.  Speer contó el siguiente hecho: «Hace muchos años atrás yo fui recibido por el Rector de una pequeña facultad en el sur del país.  El tablecimiento de enseñanza tenía pocos lugares y éstas ya estaban ocupadas.  Fui, entonces, invitado a hospedarme en su casa.  Me levante bien temprano en la mañana siguiente.  De repente, oí lo que parecía ser alguien andando en la punta de los pies adentro de mi cuarto.  Yo permanecí quieto en mi cama y abrí un poco los ojos para ver quien era.  Para mi sorpresa, vi al Rector entrar y coger mís botas desaseadas y salir.  Yo me levanté y fui hasta la puerta.  Abrí  una pequeña grieta y lo vi caminar hasta el fin del pasillo.  A seguir él se sentó en el suelo y empezó a pulir las botas.  Aquella visión me hizo llorar. 

 

Su hospitalidad y consideración me mostraron el grande hombre que él realmente era.  Algunos años después él alcanzó grande notoriedad nacional.  A causa de su completa humildad de espíritu, Dios lo exaltó sobremanera.» (Speer fue un conceptuado abogado, algunas veces miembro del Congreso americano y autor de «Principios de Jesus).

 

Sentimos un placer inigualable cuando experimentamos la bendición de poder ayudar a nuestro prójimo.  Ver la sonrisa de satisfacción estampado en el rostro de aquéllos a quien extendemos la mano trae a nuestro corazón un regocijo que dinero alguno en el mundo no podría comprar.

 

Aquéllos que son movidos por intereses personales y que siempre buscan llevar ventaja en todo cuanto hacen, pasarán por la vida y no conseguirán comprender cuan agradable es servir que ser servido.  Cuando abrazamos a un hermano necesitado estamos abrazando a Dios.  Cuando damos un poco de nuestro tiempo para ayudar a aquellos que esperan un gesto de solidaridad, lo hacemos para nuestro Señor.

 

Jesus sonreí para nosotros cuando, con una sonrisa en los labios, buscamos alegrar a los que están aflijidos y tristes.

 

Deje a Dios usar su vida en beneficio de otros.  Su vida será mucho mejor.

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