Cuidar la imagen

He aquí mi siervo, yo le sostendré…No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. Isaías 42:1-2

 

Cuidar la imagen

Cuidar la propia imagen no es una novedad en nuestros días. En esto el rey francés Luis XIV, llamado el Rey Sol (1638-1715), era un maestro. Tenía un grupo de colaboradores cuyo único deber era mostrar al público la positiva imagen del rey. Actuales historiadores opinan que hoy en día el Rey Sol es relativamente bien conocido por esta razón. Desde entonces muchas personalidades de la vida pública lo han imitado. Pero precisamente en estos nuevos tiempos, conocidos escándalos han comprometido la reputación de algunas grandes personalidades.

El versículo del encabezamiento habla del Siervo de Dios, es decir, de Jesucristo. Nunca hizo propaganda para sí mismo. Al contrario, muchas veces prohibió a quienes había curado o liberado, hablar de ello a los demás. ¡Qué éstos no callaran es otro asunto! El Hijo de Dios nunca trató de gloriarse, como hoy en día muchos procuran hacerlo por medio de brillantes anuncios. No hizo propaganda para sí mismo, y sus cronistas, los autores de los evangelios bíblicos, no ocultaron las críticas que le hacían sus contemporáneos. Cuando Jesús fue acusado de ser un seductor del pueblo y condenado a muerte, calló (1 Pedro 2:22-23).

Si usted lee los cautivadores relatos de los evangelios, no sólo encontrará auténticas descripciones de la vida del Señor Jesucristo, sino también las más variadas opiniones de los hombres respecto a él. Igualmente hallará que él dio voluntariamente su vida para salvar a los pecadores.

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