Se debe al tamaño, el peso y la forma del cuerpo del abejorro no está en relación al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámicamente, hace imposible que pueda volar. El abejorro es demasiado pesado, ancho y largo para volar con alas tan pequeñas.
Sin embargo, el abejorro sabe todas esas proporciones y datos científicos y vuela.
Dios creó al abejorro y le enseñó a volar. Obviamente que el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica. Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo. Él, simplemente, voló. No se preguntó si Dios lo amaba, al darle esas alas tan pequeñas. Él, simplemente, voló.
Cuando Dios nos creó nos equipó para la vida que tenemos por delante. Dios sabe los planes que tiene para nuestra vida. Como nos ama, nos prometió estar con nosotros, enseñarnos, guiarnos, ser nuestra roca. Todo lo que tenemos que hacer es confiar y obedecer.
Dios no está limitado por nuestra comprensión de cómo suceden las cosas. Sólo porque no vemos algo, no significa que no sea real. La fe es, verdaderamente, la sustancia de las cosas que no se ven. A veces, la vida es inexplicable y sucede lo imposible. No siempre podemos explicar las cosas.
Y el hecho de que no entendamos cómo se hace algo, no significa que el Dios Todo poderoso no pueda hacerlo.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.
muy muy bueno esta reflexion la guardare entre mis prederidas
La parábola está muy buena, pero debe ser un poco vieja ya que como pueden ver en esta nota la ciencia ya resolvió el misterio en el 2005:
http://www.clarin.com/diario/2005/11/04/conexiones/t-01083212.htm
Esto no cambia el sentido del mensaje que es totalmente correcto. Lo que es incorrecto es la forma de dar el mensaje predicando evangelios mágicos desprestigiando a la ciencia o al conocimiento que son dones de Dios para los hombres, y estos dones forman parte del equipo que Dios nos da para la vida que tenemos por delante.
No siempre podemos explicar las cosas, pero tal vez mañana podamos explicar lo que todavía hoy no podemos o la ciencia no puede. Creo que basarse en la derrota de otros (en este caso por los científicos) para predicar es construir la casa sobre la arena y no habla del amor de Cristo hacia «todos» los hombres, amor que debemos dar a los científicos, ateos, budistas… etc, etc.
De nuevo, gracias por la web, es buenísima y Sirve mucho.
Un Saludo
Esteban