Devocionales Fin de Semana – ¡VIVE!

 

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¡VIVE!  

 

Nunca olvidaré aquellas lágrimas. Entre sollozos y lamentos de los deudos, el cortejo fúnebre marchaba rumbo al cementerio, destino final para la morada terrena del padre de unos amigos míos. No lo conocí en vida, pero fue inevitable compartir y sentir como propio el dolor de la familia por la inesperada muerte del ser querido. Sin dudas un momento de mucha tristeza y gran congoja.

 

Cada semana el transporte público me conduce por la zona en donde está situada aquella necrópolis, inmenso espacio de tierra destinado a los muertos. Y mi mente – que parece no darme tregua – no sólo me lleva a los recuerdos de aquel día, sino también a las veces que estuve allí para darle el último adiós a parientes, amigos y conocidos. 

 

Siempre me inquieta imaginar el truncado potencial humano que yace bajo ese suelo…

 

…los sueños que jamás vieron la luz del día.

…los proyectos sin concluir que fueron sorprendidos por la muerte.

…los recuerdos personales que se esfumaron con el último aliento.

…los viajes que no lograron llevarse a cabo.

…los sentimientos que no fueron expresados en palabras.

…los segundos, los minutos y las horas que fueron malgastados en los pensamientos negativos.

 

En una oportunidad escribí un artículo acerca de la enorme atención que los seres humanos le damos al deseo de prolongar la vida. Y esto – muchas veces – a expensas de dolorosos tratamientos, costosas intervenciones y no pocos sufrimientos. ¡Queremos vivir! Y eso está muy bien…

 

Sin embargo, como si se tratase de un juego de extremos, gran cantidad de gente transita sus años sobre la Tierra como si la vida jamás se fuera a terminar, a veces sin reparar en lo que de veras importa.

 

Jesucristo dijo: -“Yo conozco tus acciones, que tienes nombre de que vives… pero estás muerto”.*

 

¡Valoremos nuestra existencia! ¡Hagamos lo que sabemos que debemos hacer! (tú sabrás lo que se aplica a tu situación personal). Pero sobre todo, que el “imperio” de lo urgente no nos lleve a postergar las cosas relevantes.

 

Entre ellas, la importancia de atender nuestra necesidad espiritual, esa que sólo se satisface conociendo y tratando personalmente a nuestro Creador.

 

En la ciudad de Ensenada, al sur de Buenos Aires (Argentina), leí el siguiente grafiti escrito en una pared: “Que respires… ¡no significa que estés vivo!”

 

¡Buen Fin de Semana!

 

 

CRISTIAN FRANCO

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