Mida sus pasos para que no se arrepienta siempre

“Curioso”, dijo sonriendo mi vecino, en la cafetería, mientras leía el periódico y revolvía despacio el azúcar con el contenido de un café negro.  Me extendió el diario, en el que a cuatro columnas aparecía la noticia de un estafador que se ganó el corazón de ricas herederas, para darse a la huida con el dinero.

 

La noticia provenía de Munich y relacionada la forma hábil como un hombre de modales exquisitos, a quien llamaban el “James Bond” de los tiempos modernos.  Helg Sgarbi, de 44 años, desplegaba toda la sutileza y encantos de su forma de ser para granjearse la amistad y posteriormente el amor de mujeres a las que escogía cuidadosamente en fiestas de alta sociedad.

 

La más rica de sus víctimas, Susanne Klaten, de 46 años, heredera de un imperio comercial y quien fue la única que se atrevió a denunciarlo, reconoció que se dejó “arrastrar por las emociones” y tomó una decisión que le dejaría “pérdidas millonarias”.

 

La que había sido una velada encantadora y después unas vacaciones en Francia, que por algún tiempo guardó con emotiva ternura en el álbum de sus recuerdos, terminó convirtiéndose en una historia de tristes incidentes.  “Si me enfrentara a una situación similar, jamás volvería a caer”, concluyó.

 

Una historia familiar La historia que apareció en los periódicos de varios países, llamó poderosamente mi atención porque ilustra dos fenómenos comunes en las personas: el primero, ser conscientes de que cuanto hacen tienen un margen de riesgo y en muchos casos, encierra peligro, pero aún así lo hacen; el segundo, la actitud de aquellos que se mantienen alerta frente a las asechanzas de Satanás y, apenas detectan alguna sombra de engaño, se apartan.

 

La Biblia nos enseña tres principios dinámicos que comparto con usted, los cuales serán muy útiles para que no caiga en errores que se pueden prevenir y que traen nefastas consecuencias, para la vida presente y hacia futuro.  

 

1.  Manténgase en el camino recto “Todo camino con atajos no lleva a ninguna parte buena”, me dijo cierta vez mi amada abuela Mélida al enfatizar la importancia de actuar siempre correctamente.  Una y otra vez recuerdo sus palabras cuando a mi paso hallo propuestas que lucen tentadoras y seguras.  Mi reflexión inmediata: “¿Qué hay detrás de todo esto?”.  Cuando tomamos un tiempo para evaluar los pasos que vamos a dar, sin duda ocurrirán dos cosas: nos reafirmaremos en la decisión o, al medir las consecuencias, decidimos parar y regresar, al descubrir que al final del camino podemos encontrar consecuencias negativas que robarán nuestra paz espiritual, y por supuesto, afectarán el trato con los demás.

 

La Biblia recomienda siempre avanzar hacia una meta, por el camino rector y decidir a tiempo apartarnos si reconocemos el peligro que encierra nuestro andar: “No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.”(Proverbios 4:27)-

 

Es preferible renunciar a tiempo, dejando de lado todo temor al qué dirán, antes que seguir adelante para después arrepentirnos toda una vida.  Desconozco qué camino está siguiendo, pero le invito a examinarlo cuidadosamente.  Piense que nuestras decisiones presentes, afectan nuestro mañana, y que somos el producto hoy de las determinaciones que asumimos ayer.

 

2.  Manténgase siempre alerta Cierto sábado un obrero de la construcción regresaba a casa.  Debía dar un rodeo de tres cuadras para llegar a la autopista, y en esa dirección, llegar a casa, pasados unos treinta minutos.  La soledad invadía todo el sector.

 

De camino vio una cancha de fútbol vacía, distante de las bodegas y casas, pero que le ayudaría a acortar distancias.  Pensó por un instante emprender ese atajo.  Pero hacia el final del trecho, un hombre sentado con descuido, le hizo pensar que posiblemente y aprovechando la soledad del lugar, podría ser víctima de un atraco.  Prefirió entonces seguir la ruta de siempre, que además de segura, le resultaba conocida.


El rey Salomó escribió una recomendación que jamás debemos olvidar: “El sabio teme y se aparta del mal…”(Proverbios 14:16 a).

 

La sabiduría está asociada la prudencia.  Con no tomar decisiones que estén motivadas únicamente con el corazón, sino con la razón.  Por este motivo le invito a mantenerse siempre alerta.  No se descuide.  Recuerde que nuestro enemigo espiritual está a la expectativa de llevarnos a un revés espiritual, y si se lo permitimos, a conducirnos a una caída en la vida cristiana.

 

3.  No sea demasiado confiado con su criterio El negocio parecía rentable.  Comprar y vender inmuebles.  Y hacia ese tipo de transacciones orientó José Mario no solamente sus esfuerzos sino el producto de su cesantía, de diecisiete años de trabajo.  “Me irá bien”, se repetía una y otra vez echando mano de las frases motivacionales que escuchaba a través de los programas de televisión.

 

Martha, su esposa, le insistió sobre la necesidad de llevar el asunto delante de la presencia de Dios en oración.  Él desechó la propuesta.  “Déjame, aquí el que sabe de negocios soy yo”, respondió lacónicamente.  Y las consecuencias que se desataron fueron terribles para su economía.

 

Las negociaciones fueron inapropiadas en un período en el que la nación atravesaba por un período de recesión en el ámbito de la construcción.

 

El buen criterio no siempre funciona.  Es necesario consultar las decisiones delante del Señor en oración La Biblia enseña que “…el insensato se muestra insolente y confiado.””(Proverbios 14:16 b)

 

Recuerde que Dios jamás se equivoca y si le da paz en su corazón para tomar una decisión, tal decisión con el aval de nuestro Padre celestial, será la más apropiada.

 

¿Y qué ocurre si debo decir No?

 

Una pregunta que escucho con frecuencia es: “Yo honro mi, por esa razón voy hasta el final, hasta las últimas consecuencias”.  Le pregunto: ¿Considera sabio seguir avanzando en decisiones incorrectas, aún a riesgo de enfrentar consecuencias de las que se arrepentirá?  Por supuesto que no.  Sobre esa base mi recomendación es que aprenda a decir NO.

 

Si evalúe que algo no le conviene, no se perjudique por quedar bien con los demás.  Simplemente diga NO.  Jamás olvide que enfrentamos un enemigo espiritual que enmascara propuestas que tienen un fin de maldad, con el ánimo de llevarnos a cometer errores.  El apóstol Pablo hizo la advertencia cuando escribió: “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.”(2 Corintios 11:14)

 

La única decisión a la que debe decir SI siempre que se le llegara a presentar, es a la de recibir a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida.  Es muy sencillo.  Basta que le diga: “Señor Jesús, reconozco que he pecado y que en la cruz, perdonaste todos mis errores para darme una nueva oportunidad.  Te recibo en mi corazón como mi único y suficiente Salvador.  Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea.  Amén” ¡Lo felicito!  Es la mejor decisión que ha podido tomar.  Ahora tengo tres sugerencias para concluir.  La primera, que comience a orar diariamente.  Orar es hablar con Dios.  Tome un tiempo cada día para hablar con nuestro Padre celestial.  La segunda, que lea la Biblia.  Allí aprenderá principios dinámicos que le ayudarán en su crecimiento espiritual y personal.  Y la tercera, que comience a congregarse en una iglesia cristiana.  Puedo asegurarle que su vida jamás será la misma… 


Fernando Alexis Jiménez

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