Toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste?
Mateo 21:10.
¿Quién es éste, que también perdona pecadosí
Lucas 7:49.
Jesús, hijo de David e Hijo de Dios – el Devocional Hablado
Jesús, un sábado que estaba en Nazaret, entró en la sinagoga. Entonces se le dio el libro del profeta Isaías y leyó: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas… me ha enviado… a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos… Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros». Con autoridad cautivó a sus oyentes, hablando de su propia persona. Pero ellos se preguntaban: «¿No es éste el hijo de José?» (Lucas 4:18-22). Ni siquiera lo reconocían como profeta, y lo echaron con la intención de matarlo.
Algunos días antes, el diablo le había desafiado, diciendo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan» (v. 3). En una palabra, ¡si eres Dios, pruébalo! En la cruz, el desafío fue el mismo: «Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz» (Mateo 27:40).
Pero varias veces Dios declaró: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia» (Mateo 3:17; 17:5). Así afirmó la divinidad de Jesús y el placer que hallaba en él. Jesús siempre se presentó como el enviado de Dios: «Yo y el Padre uno somos» (Juan 10:30).
Cierto día Jesús puso a sus contradictores en un aprieto al preguntarles cómo Cristo podía ser el hijo de David, cuando este último lo llama «Señor» (Lucas 20:41-44; Salmo 110:1). He aquí la respuesta: Jesús no sólo es descendiente de David, sino también el Mesías anunciado, Él es el Hijo de Dios, el Rey eterno.
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