¿Soy una buena tierra? – el Devocional Diario

Estos son los que fueron sembrados en buena tierra:los que oyen la palabra y la reciben,y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.Marcos 4:20.


¿Soy una buena tierra? – el Devocional Diario

 

La parábola del sembrador y los cuatro terrenos es una de las más conocidas del Evangelio. El sembrador representa al Señor Jesús, quien difunde el Evangelio, la Palabra de Dios. ¿A qué terreno se puede comparar nuestro corazón? Quizás analizarnos sea desagradable, sin embargo es muy útil, porque debemos darnos cuenta del riesgo que corremos si nos engañamos al escuchar el Evangelio.

El primer terreno es un camino en el que no subsiste nada de lo que se sembró. Es el rechazo a escuchar el mensaje de la Biblia.

El segundo terreno es pedregoso. Se siente gozo al oír el Evangelio pero éste no llega a penetrar en el corazón y por ello su influencia desaparece pronto.

El tercer terreno está lleno de maleza. La enseñanza de la Escritura es reccibida con interés, pero las múltiples ocupaciones de la vida impiden que la Palabra de Dios haga su obra en nosotros y nos transforme.

Sólo el cuarto terreno es fértil. Ha sido limpiado y arado. La simiente del Evangelio penetra en él, toma raíz y crece hasta la madurez.

Entonces tengo que preguntarme: ¿Soy una buena tierra? ¿El Evangelio obra y fructifica en mí? Si verdaderamente he recibido la Palabra, la mies lo mostrará. A su debido tiempo Dios lo manifestará, para su gloria, y me hará partícipe de su propio gozo.

Al terminar de contar esta parábola, el Señor Jesús agregó: «El que tiene oídos para oír, oiga» (Marcos 4:9).

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