Ocho maneras de demostrar a las personas heridas que nos interesan

8-maneras-cristianas-grupo

«Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo» (Gálatas 6:2).

Veamos 8 herramientas útiles para demostrar a las personas que tenemos interés en ellas y que las podemos contener en momentos de adversidad.

1.  Escuchar, escuchar y escuchar Cuando realmente escuchamos a las personas les demostramos que sus problemas y preocupaciones nos importan. Cultivemos la habilidad de oír no sólo las palabras sino también el sentimiento que conllevan.  Si desarrollamos la habilidad de escuchar seremos una eficaz fuente de ayuda..

2.  Tener cautela al aconsejar Más que dar un consejo ayudemos a las personas a identificar y a evaluar las opciones que tengan para afrontar un problema. Ayudemos a pensar, formulando preguntas adecuadas de manera que el atribulado encuentre otros cursos de acción para resolver sus dilemas.

3.  Evitar emitir juicios y condenas Las personas que han cometido un error o tomado una mala decisión no necesitan nuestras críticas. Llevemos a las personas perturbadas a la certeza de que el perdón de Dios cubre todo error o pecado cometido.

4.  Evitar decir «Sé cómo te sientes» Cuando decimos que sabemos cómo se siente alguien significamos que estábamos en sus zapatos al momento de vivir la situación conflictiva. En vez del mentado «Sé como te sientes» consideremos: «Percibo la angustia en tu rostro», «Trasuntas estar herido», «Viví una experiencia similar y te comprendo».

5.  Estar atentos a señales de advertencia Si una persona que siempre luce feliz y vital denota profunda preocupación en su rostro por varios días consideremos esto como señal de advertencia de que algo funciona mal. Prestemos atención.

6.  Comprender el poder de la compañía Ante una muerte, crisis severas o enfermedades complejas nos preguntamos qué decir. Empero, nuestra presencia física habla mucho más que las palabras que se verbalicen.

7.  No divulgar jamás una confidencia.

Quienes desahogan sus secretos más íntimos lo hacen porque confían plenamente en nosotros.  Es vital que siempre conservemos en un plano confidencial todo lo que nos han compartido.

8.  Dejar que Dios nos guíe El salmista oró: «Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.  Encamíname en tu verdad, y enséñame» (Salmos 25:4-5). Pidamos a Dios que nos enseñe, que nos dé las palabras adecuadas y oremos para que dé receptividad a la persona que solicita ayuda.

Pastor Gary Hardin, Primera Iglesia Bautista, Shepherdsville, Kentucky

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí