La sed del alma (un testimonio)- Devocional Diario

devocional-diario-sed-espiritual

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Diosí Salmo 42:1-2.

Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.Salmo 63:1.

La sed del alma (un testimonio)- Devocional Diario


«Todos hemos experimentado la sensación de tener sed. Para mí, esta palabra evoca imágenes muy nítidas de los tres años que pasé en el desierto del Sahara. A veces, cuando nuestras provisiones de agua se habían agotado, me acuerdo que todo mi ser no era más que un quejido inarticulado: ¡Agua! Nada más que el agua podía hacer callar este grito.

En el Salmo 42 David nos habla de otra sed, no la del cuerpo, sino la del alma. Esa sed evoca recuerdos igualmente vivos para mí. Recuerdo los largos años en que perseguía una satisfacción que siempre se me escapaba. La buscaba en todo lo que se presentaba ante mí, fuese en el campo físico, estético, intelectual, en la música, el teatro, la filosofía o el placer de los sentidos. Pero cuanto más me agotaba en buscar, más vacío y frustrado me sentía.

Finalmente hallé la respuesta, la misma que David había encontrado tres mil años antes: “¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Diosí” (Salmo 42:2).

En cada uno de nosotros existe una sed del alma, una aspiración interior y profunda que sólo puede ser satisfecha por Dios mismo. Yo encontré a Dios revelado en Jesucristo una noche cuando estaba solo, leyendo la Biblia. ¡Fue una maravillosa experiencia que cambió mi vida!».

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí