Devociones a Dios – Mis Huidas TU has Contado

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MIS HUIDAS TU HAS CONTADO

Mis huidas tu has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿ no están ellas en tu libro ? (Salmo 56:8 )

Son diversas las circunstancias de la vida, en las cuales, luchamos por medio de todas las alternativas posibles de solucionar nuestros problemas, y así vamos por el mundo, trabajando para obtener dinero, el cual también gastaremos o invertiremos posteriormente.

Cuando vienen las enfermedades, corremos al hospital, a la clínica, al medico familiar, a la farmacia o a las medicinas caseras tradicionales.

Si las oportunidades de trabajo se ven reducidas en nuestra ciudad, nos mudamos a otra donde las posibilidades sean mayores.

Si el pago de los colegios privados son muy elevados, entonces cambiaremos a nuestros hijos a las escuelas publicas, si se nos daña el vehículo de transporte, lo llevamos al mecánico, y rentamos otro, y si no hay dinero para rentar otro vehículo, entonces nos subimos a los autobuses; si no asistimos a la iglesia, y nos sentimos agobiados, esa semana seremos los primeros en asistir al servicio matutino.

Si tenemos necesidad de viajar, dejamos a los pequeños con los abuelos, y nos marchamos sin ninguna preocupación.

Que lindo suena todo lo anterior ¿verdad?, que cuando algo te falla, inmediatamente, encuentras la solución; cuando necesitas a alguien, lo tienes a tu disposicion. Eso te acostumbra a que cuando la necesidad llega, siempre las repuestas y las soluciones las recibirás enseguida, porque estas en un periodo cómodo en tu vida, estas aun en la orilla del rió, o en un Egipto encantador.

Va pasando el tiempo, y a los siervos de Dios, nos llegan momentos muy dificiles, donde poco a poco, todas las posibilidades de subsistir, se nos van agotando, y con nuestros propios ojos vemos como lentamente se va disipando nuestro poder de solucionar los problemas, nos vamos quedando solos en la lucha, y aunque otros dependan de nosotros, el dolor se ve acentuado, porque nos duele mas, con solamente pensar en ellos, en los pequeños que no saben las terribles angustias por mantener la mirada en alto, por demostrarles que aun tenemos fe en nuestro corazón y que Dios es real.

Allí, en ese momento comienza nuestra huida, cada vez que llega el problema, del cual no tenemos solución, huimos espiritualmente, deseamos volar, desaparecer, que se tratara de un sueño, pero no es así, los problemas son reales, duelen, y nos producen angustias, nos hacen llorar y nos debilitan hasta lo mas profundo de nuestras vidas.

Así se sintió David cuando fue capturado por los filisteos, se sintió derrotado, debilitado y angustiado. Sus huidas eran constantes, sus lágrimas eran tan abundantes que pidió a Dios que las colocara en una redoma, o sea , en una vasija.

Pero todo cambio, Dios lo liberto y pudo cambiar las huidas por el gozo y la libertad que únicamente viene de Dios, y así lo manifiesta en el mismo salmo:

«serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; esto se, que Dios esta por mi»
( salmo 56: 9 )

oración Padre amado, Dios de amor, Rey sublime, consolador, venimos ante tu santa presencia a pedirte la ayuda para todos tus hijos que estan huyendo de diversos problemas, debido a que ya no hay formas posibles de encontrar la solución inmediata, y el enemigo acecha constantemente.

Mira señor, a las mujeres amenazadas por los golpes de sus maridos, a las que están solas luchando por sus hijos, a los que se encuentran desempleados y llenos de deudas, a los que tienen graves enfermedades; por los que tienen problemas en el amor, con sus noviazgos, a los que se encuentran en procesos de divorcio; a los pastores, cuyos ingresos en las iglesias son demasiado escasos y no alcanzan para sufragar los gastos en la congregacion ni en sus familias; por aquellos hermanos que dejaron sus países y en el extranjero se ven desamparados; por las viudas, por los presos, por los huerfános, por los que están atrapados en los vicios.
Ven Señor y visita nos a todos, que dejemos de huir ante la imposibilidad y luego de este clamor, podamos decir:

«serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; esto se, que Dios esta por mi»
( salmo 56: 9 )

Escrito por José Luis Gonzalez

3 COMENTARIOS

  1. EN LA CORRIENTE DE UN RIO
    NO HULLAS CLAMA A EL

    Me veía en la corriente de un río
    Y me ahogaba con el llanto de mi pena
    Y la corriente me arrastraba
    En un río sin final, sin salvavidas
    En un oscuro torbellino,
    Me deslice y no hallaba la salida

    Allí pude ver todo lo que me empujaba
    Sin fuerzas, me jalaba la corriente
    Y creía que la pena era muy grande
    Y no veía al que me guía y me sostiene
    Y nadando en ese río sin final,
    Pude sentir su mano agarrándome muy fuerte

    Y pude ver que las conjugas no son lo que parecen
    Y en ese río desbocado pude ver que se iban mis temores
    Si Cristo esta conmigo nada temo
    El, es el constructor de mi destino
    Y el es mi salvador en ese río desbocado

    Se, que el me llevara hasta la orilla,
    Aunque piedras golpeen mi frágil cuerpo,
    Seguro quedare con la piel hecha jirones,
    Testigo, de que me arrastraba la corriente
    Pero es mejor, desgarrar la piel ahora
    Y no rendirme en medio de la corriente

    Sigo navegando en ese río
    Pero siento su mano en la mía
    Y si Cristo esta a mi lado
    La corriente no me empuja
    En un rumbo equivocado
    Llegare a la orilla tomada de su mano

    Alicia Pérez Hernández

  2. GRACIAS PORQUE EN ESTA SITUACION ME ENCUENTRO YO Y DE VERDAD NO VEO LA SALIDA Y SABES ANCIAS CON TODO TU CORAZON NO PERDER LA FE VOLVER A TU PRIMER AMOR PORQ A VECES PIENZAS QUE SON MAS GRANDES TUS PROBLEMAS Y COMO NO VEZ UNA SOLUCION INMEDIATA PIERDES A VECES HASTA LA FE PERO NO QUIERES ESPERAR EL TIEMPO DE DIOS Y QUIERES TU VOLUNTAD PERO ES POR ESO QUE TENEMOS QUE TENER LOS OJOS Y TU ESPERANZA PUESTA EN EL AUNQ TE CUESTE AVECES TODO EL TRABAJO DEL MUNDO.

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