Temas Cristianos – Oh, Dios ¡No guardes silencio!

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Oh, Dios ¡No guardes silencio!

“Oh, Dios, no guardes silencio; no calles, Oh Dios, ni te estés quieto” Salmo 83.1

Cuantas piedras y tropiezas nos toca caminar por la travesía de la vida. Se presentan escollos, túneles oscuros, mares turbulento, éstas tormentas parecen ahogar nuestra vida. A veces sin siquiera poder gritar y decirle a Dios “ayúdame”. Pero, ¿está Dios ciego, o sordo, mudo acaso? Cuantos se hacen esta pregunta en en medio de la aflicción.

David en los peores días de su vida clamó a Dios diciendo: “¡No guardes silencio!; Como siempre, estaba levantando un cántico en medio de su dolor, sus labios no se mantuvieron en silencio, aunque llorando, reclamaba las promesas de su Creador, con la certeza de que él contestaría. Se estaba presentando una ardua lucha contra sus enemigos de guerra en aquella época y necesitan la intervención divina, sabía que sin él no vencerían y como siempre, recibió respuesta.

¿Cuáles son los enemigos que te perturban en ésta hora? ¿Turbación, situaciones en tú hogar, aflicciones en tú cuerpo, en tu alma; presiones económicasí Cosas que suceden en tu vida y llegan a oprimirte, te quite la paz y la felicidad se constituye tu enemigo, y enemigo de Dios, porque él desea tú bienestar. Puedes hacer una alianza de paz, porque a paz nos ha llamado Dios. La Biblia señala que el temor “acarrea castigo” y en el amor no debe de haber temor (1Juan 4.18), de tal manera que debemos de enfrentarnos al temor como hizo el rey David; y debe de hacer todo guerrero de Dios. Por eso David cantaba al Señor salmos y cánticos en medio de las más fuertes pruebas y alababa al que vive y reina para siempre, ¿sabes porque qué? ¡Porque sabía en quien había creído y lo libraría de sus enemigos. Imitemos esta sabiduría.

Oración: Gracias Dios, porque sabemos que tú nunca guardas silencio ni estás ajeno a nuestras pruebas y estás siempre presente en nuestras vida, y nos haces más que vencedores en Cristo Jesús. Rom 8.37

Por: Julie Cardona «Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz» Ef 5.15

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