Estudios Bíblicos – La Biblia, Escritura divina o de hombres?

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«En la Biblia se ha escrito lo que los hombres han querido, o en otras palabras, algunas personas muy listas la han escrito al ver que los hombres necesitan apoyarse en algo, inventando así a Dios y la religión.»

Esta es otra de las excusas que escuchamos muy a menudo en boca de muchas personas. Cualquiera que desee informarse podrá descubrir que la Biblia es la Palabra de Dios y la revelación exacta que los hombres necesitamos para conocerle a El, de una forma correcta.

Es precisamente su sencillez y verdades contundentes, expresadas en formas tan incuestionables, lo que hace que la Biblia tenga la virtud de poner a Dios al alcance de cualquier persona que tan solo sepa leer, aunque sea sencillamente.

También el hecho único y providencial, bien conocido, de que la Biblia fue escrita en un período de tiempo de 1.600 años de duración y por una diversidad de escritores increíble, 40 hombres escogidos por Dios de todos los estratos sociales, desde reyes, profetas, jueces, médicos, sacerdotes, pescadores, labriegos, etc. Así que no fue uno solo, sino cuarenta, los que escribieron a lo largo de dieciséis siglos todo lo que Dios quiere que nosotros sepamos de El. iDieciséis siglos son muchos años! y lo más sorprendente es que no haya ninguna contradicción entre todos ellos, sino que en el contenido de toda la Biblia se aprecia un perfecto engranaje de toda la revelación de Dios a través del tiempo, o sea, el trato histórico que Dios tuvo con Israel y la raza humana en aquellas antiguas épocas, y que son perfectamente válidas para la actual.

Sólo debemos darnos cuenta que los cinco primeros libros de la Biblia, los llamados libros de Moisés y el relato poético del sufriente Job fueron escritos unos 1,500 años A.C. Las historias y enseñanzas de estos libros, sin embargo, son de un valor científico y práctico tal, para nuestros días, que parece que fueron escritos ayer ¡y tienen cerca de 4,000 años!

Sería muy interesante tomar a los mejores 40 hombres de todas las ramas del saber humano y darles un período considerables de años, a fin de que ellos escribieran un libro para toda la humanidad que fuera útil, coherente, del tamaño de la Biblia, y que le fuera provechoso a cualquier hombre de cualquier latitud o zona tribal como lo es la Biblia. Estoy seguro que por causa de la condición humana, antes de comenzar, el proyecto, a todas luces, abocaría en el fracaso. No solamente que no se llegaría a escribir, sino que sería muy improbable que toda la raza humana lo aceptara como la verdad absoluta para su vida. ¿Cómo podrían estos hombres escribir en un solo volumen algo sencillo, comprensible y absolutamente correcto en veracidad histórica y científica. ¡Cuán imposible sería esto para los hombres!

Creo, pues, que podemos aceptar aquella frase del apóstol San Pedro, que dice: «Los hombres de Dios fueron impulsados por el Espíritu Santo, para escribir de forma que quede claro que las profecías (de la Biblia) no son de particular interpretación humana, sino traídas por Dios» (parafraseando el texto bíblico).

Al llegar a este punto, alguien puede preguntar: ¿ Quién me dice a mí que con el tiempo no se han cambiado las verdades que es- cribieron los profetas y apóstoles, y se ha escrito lo que a otros les ha parecido bien?

La respuesta es que tenemos una gran cantidad de manuscritos originales para poder tener dudas sobre este particular en forma alguna. Se dispone actualmente de tres mil manuscritos o copias antiguas que nos permiten asegurar que eso no ha podido ocurrir. Sólo daré dos ejemplos de los muchos que se podrían aportar:

1. En 1947 un pastor de ovejas de Palestina descubrió casualmente en una cueva del.N.O. del mar Muerto unas ánforas en las cuales se hallaron valiosísimos manuscritos y fragmentos del Antiguo Testamento; para abreviar el ejemplo que nos ocupa destacaremos lo más importante: fue hallado un rollo (libro) del profeta Isaías y una colección de los salmos, cuyos rollos estudiados por muchos investigadores, no sólo desde el punto de vista gráfico, sino también científico, se ha demostrado que tienen una antigüedad de más de dos mil años, y tales escri tos conforman la validez y autenticidad del texto hebreo del Antiguo Testamento. Por ejemplo, el libro completo de Isaías, se halló escrito en hebreo clásico, el mismo que se usaba en las sinagogas antes y durante el período de la vida de Jesucristo en la tierra. Todos los especialistas en hebreo dicen que podemos coger al azar cualquier Biblia inglesa, francesa o china, católica o protestante… y ver que coinciden exactamente con los manuscritos hallados. ¿No es éste uno de los mayores milagros de preservación en toda la Tierra?

Se sabe también que existió una copia completa del original del Evangelio de San Juan, escrita en el año 90 de nuestra Era. ¿No creéis que esto es sobrenatural y magnífico? ¡Cómo ha preservado nuestro Dios su Palabra a través de los siglos! Si esto dependiera de los hombres o de una Iglesia, es seguro que tendríamos todo el Texto Sagrado cambiado y adulterado, según el antojo o criterio de sus mandatarios. A pesar de los grandes enemigos que ha tenido y sigue teniendo la Biblia, aquí está, como un reto a los siglos y a los hombres, invitando a todos a informarse en sus páginas de la misericordia de Dios, de la gran salvación que nos ofrece, del perdón de nuestros pecados por la persona y obra de Jesucristo.

Te invitamos, de todo corazón, a que recibas a Jesucristo en tu vida y le aceptes como salvador. Entonces la Palabra de Dios, la Santa Biblia, será tu guía infalible en tu paso por esta vida, y te dará absoluta seguridad y confianza en los grandes problemas de la vida y, sobre todo, para el más allá de la muerte.

Lee la Biblia, cree su mensaje, vívelo, dalo a conocer a otras personas.

Tomado de Vicente Galán. –Editorial Clie Ref.22.30.85

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