Reflexiones Cristianas – Mujeres Especiales

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A mis amigas, queridas mujeres:

Cuando el Señor hizo a la mujer, era su sexto día de trabajo haciendo horas extras… Un ángel apareció y le dijo «¿Por qué pasas tanto tiempo en esta creación?» Y el Señor le contestó: Porque será la madre de todos los seres vivientes. Quiero que sea completamente bondadosa y que se gane el respeto de todos los hombres, la haré con un regazo donde quepan 2 niños al mismo tiempo, Le daré la capacidad de sanar con un beso cualquier cosa, desde una rodilla raspada hasta un corazón roto…

El ángel trató de detener al Señor. «Esto es demasiado trabajo para un solo día; mejor espera hasta mañana para terminarla».

No, déjame terminar, el hombre está incompleto sin ella debo apurarme porque sólo con esta ayuda idónea él podrá funcionar bien, será su corona y alegría de mi creación. Ella construirá, hará proezas increíbles, pero a pesar de su fortaleza interior, se verá como una palomita preciosa, sin defecto alguno, cautivará con una sola mirada al amor.

El ángel al observar tanta belleza, no puedo evitar querer tocarla suavemente con la punta de su dedo, se acercó con cautela y al sentir su delicadeza exclamó: ¡La has hecho tan suave, Señor!

Ella es suave, confirmó el Señor, pero también la hice valiente. No tienes ni idea de lo que podrá resistir o lograr. Tendrá la capacidad de olvidar, de perdonar, de consolar, de dar todo lo que tiene, de amar sin esperar nada a cambio, así de hermosa es la mujer que he preparado.
¿Y podrá pensar?, preguntó el ángel.

El Señor respondió, No tan sólo será capaz de pensar, sino también de resolver y negociar, trabajará gustosa con sus manos, tendrá inteligencia para hacer cálculos, hacer inversiones, nuevas empresas y además la haré tan útil que parecerá tener más de dos manos, porque con una hará un trabajo perfecto y con la otra mano empezará una nueva tarea.

El ángel notó algo y se estiró y tocó la mejilla de la mujer. «Oh, Parece que este modelo tiene una filtración. Te dije Dios, que estabas tratando de poner demasiadas cosas».

¿Dónde has visto la filtración? Preguntó el Señor.
¡Aquí mira! En sus mejillas rosadas… parece agua…
No es una filtración, es una lágrima, respondió Dios.
«¿Y para qué son las lágrimasí» – preguntó el ángel.

El Señor respondió, las lágrimas serán la forma en que ella expresará sus alegrías, penas, desilusiones, soledad y dolor.

El ángel estaba impresionado. ¡Eres un genio, Señor, rus manos son las del artesano perfecto, eres un creador de maravillas! Has pensado en todo, en verdad la mujer tiene todo para ser un ser perfecto en gran manera!

He conocido a cientos de mujeres en el trabajo pastoral, soy una gran admiradora de ellas, en verdad sé que Dios la hizo maravillosa, quiero decirles que las mujeres que conozco tienen fuerzas que maravillan a los hombres, parecería que no tienen defecto alguno, la fragancia que proyectan endulza el ambiente que pisan sus pies, donde ellas llegan hay aroma de paz.

Los labios de las damas que conozco son labios que parecen destilar miel, ya sean hermanas, hijas, esposas, amigas, madres o simplemente mujeres, donde aparece una de ellas habrá hermosura, habrá motivos para estar alegres, cuando hay una hija de Dios, la presencia del Creador se hará presente. Ellas son un regalo para mi vida.

Las mujeres que conozco pueden sonreír cuando quieren gritar. Entonan armonías celestiales a pesar que quieren llorar. Pero también sollozan cuando están radiantes de alegría y ríen a carcajadas cuando se sienten asustadas.

Las hermosas mujeres que conozco saben pelear por lo que creen. Se sublevan contra la injusticia. No aceptan un «no» por respuesta, cuando creen que existe una solución mejor, las mujeres que conozco son fieles al Señor, son siervas esforzadas, por eso, no se compran zapatos nuevos, pero a sus hijos sí. Se abstienen hasta de un lápiz labial para comprarle algo bonito a su hija adolescente.

Las mujeres que conozco, les gusta visitar a los enfermos, me han acompañado al médico cuando mis ojos me dolían por falta de lentes, me llevaron a ponerme una inyección y hasta improvisaron de enfermeras para medirme la presión.

Las mujeres que conozco saben amar incondicionalmente. Las he visto llorar cuando sus hijos sobresalen y las he visto aclamar cual hinchas enamoradas a sus esposos cuando lograron aunque sea un pequeño triunfo. He visto a mujeres con el corazón partido cuando una amiga murió, las he visto sufrir cuando vieron la necesidad de un niño, pero las he visto también sacar fuerzas donde no parecía haber ninguna para sobreponerse y ayudar al desvalido.

Las mujeres que he conocido saben que un abrazo y un beso pueden sanar un corazón roto, gracias a Dios muchas de ellas estuvieron a mi lado cuando necesite la fortaleza que sólo ellas saben dar. He visto toda clase de mujeres, parece que Dios las hizo de todas las formas posibles, delgaditas, gruesas, altas y gallardas, pequeñitas y vivaces, mayores y llenas de sabiduría, jóvenes y con un gran deseo de aprender.

Las mujeres que conozco parecería que tienen el mismo corazón, un corazón que tiene pasión por Dios, por eso les da la energía para caminar, correr, manejar, trabajar y hasta escribir, escribir tanto que por eso te manda este mail porque quiere decirte que Dios te hizo maravillosa, pero no olvides que el secreto para que te parezcas al plano original es que camines de la mano de tu Creador.
Te deseo un mes lleno de alegría, el mundo celebra el mes de la mujer, pero Dios celebra todos los días haberte hecho a su imagen y semejanza, has que esta celebración no se acabe. Vive con temor reverente.

Cada una de ustedes mis queridas mujeres, serán como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta, como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto. ¡Feliz día queridas mujeres temerosas de Dios!
Las amo mucho

Martha Vílchez de Bardales

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