DEVOCIONAL DIARIO – EL GOLPE

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«Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire.» 1 Corintios 9:26

Crecí viendo a Silvester Stalone representando a Rocky Balboa en un ring de box. Para los chicos de ahora, las películas serán seguramente muy bizarras. Pero para mi eran fenomenales (y lo siguen siendo). Hizo muchas películas de Rocky y todas tienen la misma temática. Un boxeador limitado que con entrenamiento y sacrificio logra vencer en el ring a oponentes difíciles. Al final, siempre Rocky gana y termina sangrando mucho, pero victorioso.

Los combates en el ring eran lo que todos esperábamos ver, siempre fueron jugosos. Y además de los golpes que se daban, se veía a Rocky tratando de golpear a su oponente, pero fallando mucho. Dicen los expertos en el tema que un boxeador que golpea al aire pierde mucha fuerza y eso lo condiciona para poder vencer en la lucha. Por eso todos intentan pegar poco pero en el lugar indicado. Rocky siempre estaba cansado, pero seguía tirando golpes. Y terminaba bien porque era el protagonista de la peli.

Pablo sabía también de este desgaste. Había observado a los deportistas en las competencias de Corinto y conociendo que sus lectores sabían del tema (Corinto era una de las principales sede de los juegos) les hace esta comparación clarísima. Ningún luchador da golpes al aire, porque se cansa sin sentido. En cambio un luchador con criterio, estudia la pelea y golpea en el momento preciso en el lugar indicado. De esa manera su golpe es más efectivo y eficiente.

La vida cristiana debe ser vivida de esa misma manera. Pablo se ponía como ejemplo de su adaptabilidad. Al judío le habló como si fuera judío, al gentil como si fuera gentil, al débil como si fuera débil, al que tenía ley como si él tuviera ley, al que no tenía ley como si él no tuviera ley. ¿Era Pablo un falso? Definitivamente no. Era astuto para presentar el mensaje del evangelio adaptando la manera de expresarlo según el oído del receptor. En lugar de golpear al aire, estudiaba la manera de dar un golpe certero y lo hacía a conciencia.

Pablo era un estratega en su objetivo de predicar el evangelio. Sabía que tenía una sola oportunidad con cada persona que encontraba y se esforzaba al máximo para dar el mejor golpe. Optimizate.

REFLEXIÓN — No golpees al aire.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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