El Cristiano y los Medios de Comunicación Masiva

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El Cristiano y los Medios de Comunicación Masiva

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Por Daniel Zuccherino

Aunque el tema de este artículo son los medios masivos de comunicación en un sentido amplio (diarios, revistas, radio, televisión, Internet, etc.), nos ocuparemos primordialmente de la televisión teniendo en cuenta su influencia en la vida cotidiana.

Aparición del fenómeno.

Los medios masivos de comunicación, con el alcance y el impacto que hoy conocemos, son un hecho reciente en la historia de la humanidad y básicamente un fenómeno del siglo XX.

Actualmente su difusión y alcance les permiten incidir en el pensamiento de millones y millones de personas, homogeneizando la cultura, hasta el punto que poseen la potencialidad de crear un modo de pensar uniforme.

Palabras y expresiones como “globalización”, “transmisión satelital”; etc. se relacionan con este proceso. Muchas de las consideraciones que de aquí en adelante haremos sobre la televisión se aplican también a Internet, periódicos y revistas de circulación nacional e internacional, etc.

Naturaleza instrumental

No cabe duda que un medio no es bueno o malo en sí mismo, sino que como todo instrumento es neutro y depende del uso que del mismo se haga. Un cuchillo puede usarse para cortar la comida para nuestro hijo pequeño o para atacar a una persona. ¿Es bueno o malo el cuchillo?: dependerá del uso que del mismo se haga.

El uso de la televisión

¿Cuál es el mecanismo habitual que lleva a un programa a la pantalla?

Salvo en los llamados canales educativos o culturales, las emisoras de televisión dependen de los anunciantes, o sea del ingreso económico que produce la publicidad. A su vez los anunciantes colocan sus avisos en los programas que tienen mayor índice de televidentes (el llamado “rating”).

La realidad -por su parte- nos muestra que –en la mayoría de los casos- los programas de más “rating” son los que incluyen escenas de violencia, terror, sexo, se refieren a cuestiones relacionadas con el ocultismo, o constituyen una mezcla de todo lo mencionado, lo cual da lugar a un círculo verdaderamente vicioso de retroalimentación.

Influencia

A diferencia de otros medios (como el cine), la televisión influye directamente en la vida familiar y demanda –en general- una atención de tal grado que excluye la realización simultánea de otras actividades. Dado que lo que el espectador busca es entretenerse (se mira la televisión –en general- por diversión) quien mira un programa está con “la guardia baja” o sea en una actitud de “absorber” lo que está recibiendo.

Además, la televisión genera una fuerte sensación de realidad. O sea se mira para “pasar el rato” pero el medio tiene una altísima capacidad para persuadir y manipular nuestro modo de pensar, como bien lo saben los publicistas y los especialistas de “marketing”.

La televisión del presente, con sus recursos satelitales, en un mundo globalizado, va creando una “cultura” cada vez más uniforme a nivel mundial.

Algunos resultados

Podemos enumerar algunos resultados palpables de la influencia de la televisión:

A) La inducción de conductas violentas

Muchísimos estudios han relacionado el crecimiento de las conductas agresivas y de los actos francamente violentos (en especial en niños y adolescentes) con la influencia de la televisión y los videojuegos.

Una nota aparecida el 4 de mayo de 1999 en el diario “La Nación” de Buenos Aires, Argentina, titulada: “Donde se aprende a matar” (que reproduce un artículo de Denise Caruso, “The New York Times”), señala entre otros conceptos:

“Al producir medios de comunicación cada vez más violentos, la industria del entretenimiento ha participado durante décadas en una lucrativa danza con el diablo. A lo largo de los años, padres y grupos de consumidores han seguido haciendo sonar las alarmas por los efectos que las películas violentas, la televisión y los videojuegos, más realistas que nunca, están teniendo sobre sus hijos y la sociedad en general. La respuesta de la industria ha sido una especie de asombro indignado en cuanto a que alguien piense que un viejo film tonto o juego pueda tener un efecto mensurable.

Fantasía y realidad

“Los niños pueden distinguir la diferencia entre la fantasía y la realidad –han afirmado en repetidas ocasiones estos ejecutivos- ¿Por qué ustedes no pueden hacerlo?” Sin embargo, hay cada vez más evidencias de que podrían ser los productores de esos entretenimientos los que tienen dificultades para distinguir la diferencia entre la fantasía que defienden y la sombría realidad. En los últimos decenios, cientos de estudios han revelado una correlación directa entre la violencia de los medios de comunicación (ahora se incluyen los videojuegos) y el aumento de la agresión. Esto no se debe a que la gente no pueda distinguir entre la realidad y la fantasía, sino a que los medios de comunicación ultra violentos emplean sistemáticamente técnicas psicológicas de insensibilización, condicionamiento u aprendizaje sustitutivo.

En otro de sus párrafos especialmente resaltado, el mencionado artículo destaca:

“Estamos llegando a una etapa de pérdida de sensibilidad en la que infligir dolor se convierte en una fuente de entretenimiento”.

La violencia a la que se encuentran expuestos los espectadores (se calcula que un joven de 17 años en Estados Unidos habrá visto ya esa edad aproximadamente 18000 asesinatos por televisión), es una violencia irreal y hasta “divertida” –como señalaba el artículo que antes mencionamos-. No se muestran las secuelas de dolor, invalidez, desamparo, etc. que se derivan de los hechos violentos y la agresión. En concreto presenta lo malo como algo aceptable y aún deseable o bueno.

B) Presenta una imagen distorsionada del sexo y de la relación hombre-mujer.

La inmoralidad y la promiscuidad sexual se presentan como algo normal o “natural”. Estudios y encuestas han revelado que un espectador que mira entre 3 a 5 horas de televisión diaria verá durante al año más de mil representaciones de actos sexuales (ya sean las imágenes en sí o descripciones o referencias directas a los mismos)

En abril de 1999 el mundo entero fue conmovido por una masacre cometida por dos jóvenes de 18 y 17 años respectivamente, en una escuela en los Estados Unidos. Ambos jóvenes (que se suicidaron luego de asesinar a varios de sus compañeros) se habían sentido –según informes de la prensa- muy influenciados por la película “The Matrix” (La Matriz) en la cual uno de los protagonistas aparece vestido de negro de pies a cabeza (con capa de cuero también negra) y armado hasta los dientes.

Además, según los mismos informes, que citaron a sus compañeros, los jóvenes homicidas admiraban al cantante Marilyn Manson y estaban fuertemente involucrados con el videojuego “Dungeons & Dragons” (Calabozos y dragones) que combina leyendas medievales, monstruos, violencia y súcubos despreciables. (La Nación 22/4/99. Agencia EFE)

La inmoralidad y la promiscuidad son presentadas, según lo señalamos, como algo “natural”. No se muestran –en general- sus consecuencias de matrimonios destrozados, hijos no deseados, embarazos de adolescentes (casi niñas), abortos, el peligro de enfermedades de transmisión sexual –incluyendo el SIDA-.

Todo ello es astutamente disimulado poniendo el acento en el “encanto del erotismo”.

C) Los medios presentan una imagen distorsionada del mundo y la realidad

Con la realidad “virtual” (que tendemos a aceptar como verdad) se reemplaza el aprendizaje hecho por la experiencia. Los niños (y los no tan niños) tienden a aceptar como auténtico y veraz lo que ven y oyen, determinándose de esa manera en un alto grado el modo como perciben el mundo.

Ciertos medios vienen advirtiendo sobre este hecho.

En agosto de 1999, el mencionado diario “La Nación” de Buenos Aires, Argentina, publicó una serie de artículos con los siguientes títulos:

• “Advierten sobre los efectos de la TV en la salud mental de los chicos”.

• “Piden más control de los padres en la TV que miran sus hijos”.

• “La mayoría de los chicos ve TV sin control paterno”.

Los títulos mismos de los artículos nos eximen de mayores comentarios.
Esta distorsión de la realidad no es patrimonio exclusivo de lo que llamaríamos programas “baratos” o de baja calidad.

El llamado cine “culto” o de arte, de los denominados “grandes directores” ha venido presentando la imagen de un mundo sin sentido, de una existencia agobiante y sin esperanza alguna, un reino de la sinrazón, sucesivamente durante años, de las más variadas formas y en cientos y cientos de películas.

D) Aliento del descontento y del consumismo

La publicidad procura producir el descontento y de ese modo empuja a consumir.
El mundo de fantasía de la publicidad, con modelos irreales (que luego inconscientemente se busca imitar) genera demandas y expectativas compulsivas.

Entre otros de los efectos devastadores de la influencia de los medios podemos señalar: el individualismo (una especie de autismo o autosuficiente: “yo y la tele”, “la compu y yo”, etc.), el reemplazo de otras actividades y la lógica interferencia en las relaciones con otras personas, la generación de falsos temores, etc.

Podríamos señalar muchas cuestiones mas pero vamos a analizar lo expuesto a la luz de la enseñanza bíblica y procurar determinar cual debe ser nuestra actitud como comunidad de discípulos comprometidos con Cristo.

Pasos concretos a tomar como cristianos

1) Discernir

Frente a la avalancha de violencia, inmoralidad, ocultismo, etc. que antes hemos descripto brevemente, uno podría pensar que la mejor alternativa sería no tener contacto alguno con los medios y especialmente con la televisión.

Sin embargo, no debemos olvidar que, como ya mencionamos, estamos ante un medio, el cual no es malo en sí mismo (aunque reiteramos gran parte de la programación expresa valores en abierto conflicto con la fe cristiana).

Sugerimos como primer paso tener una actitud de discernimiento, de análisis y crítica a la luz del evangelio, y no una actitud que implique recibir indiscriminadamente lo que los medios procuran vendernos, en el sentido más amplio de la expresión.

La Palabra del Señor nos exhorta en 1ra Juan 4:1:

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo (BLA).

Esta es la actitud que debemos tener: no “recibir” sin discernir espiritualmente.
Esto como principio general.

2) Abstenerse

Existen ciertos programas, ofrecidos en los medios los cuales no debemos siquiera mirar ni permitir como padres y madres, que nuestros hijos sean espectadores de los mismos.

Nuestro Señor Jesucristo nos advierte en este sentido en Mateo 18:9:

Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego (BLA).

Un engaño muy frecuente consiste en pensar que debemos mirar ciertas cosas para no aislarnos, para “saber de que se trata”, etc.

Los programas que contienen escenas pornográficas o que basan su atracción en la violencia o con temas sobre prácticas ocultas son algo inmundo: basura moral y espiritual.

He escuchado decir al respecto al Dr. Luis Palau: “Cuando viene el camión recolector de basura, uno no necesita acercarse, subirse al camión y revolcarse adentro para saber que es basura lo que lleva, se sabe por el olor y desde mucha distancia…”

Isaías 33 es un excelente pasaje descriptivo de la actitud que agrada a Dios: nos explica quien habitará en las alturas, quien verá al Rey (al Señor en su hermosura); quien tiene comunión con Dios, quien está apto para recibir revelación de su persona. Usted dice ¡Yo quiero ser esa persona! Y El Señor nos dice:

¿Saben quienes de ustedes morarán con el fuego consumidor? ¿Quién de ustedes habitará con las llamas eternasí ¿Sabes quien tiene comunión conmigo?

La respuesta es:

El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal; ese morará en las alturas, en la peña inexpugnable estará su refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua. Tus ojos contemplarán al Rey en su hermosura, verán una tierra muy lejana (Isaías 33 (15-17ª BLA).

El que cierra sus ojos para no ver el mal

El Señor no tiene comunión ni va a usar a quien tiene sus ojos llenos de impureza, que participa observando la inmoralidad sexual o disfruta y se entretiene con la violencia. Nuestros oídos y nuestros ojos deben estar santificados, consagrados al Señor. Quien sigue la santidad, ése verá al Señor: ¡Sus ojos verán al Rey en su hermosura!

Debemos elegir, porque no es posible ver con los mismos ojos lo santo y lo inmundo.

El Salmo 101 nos habla de lo que ven nuestros ojos, especialmente en nuestra casa.

Prestaré atención al camino de integridad. ¿Cuándo vendrás, Señor, a mí? En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa. No pondré cosa indigna delante de mis ojos; aborrezco la obra de los que se desvían; no se aferrará a mí.
6 Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá. El que practica el engaño no morará en mi casa; el que habla mentiras no permanecerá en mi presencia (Salmo 101:2-3,6ª y 7 BLA).

3) Optar por la cultura del reino y ayudar a desarrollarla

Debemos revalorizar el valor de comunicarse, conversar y resistir la tendencia al individualismo y el aislamiento que producen los medios. Debemos –muy especialmente- priorizar el reunirnos, relacionarnos e integrarnos con nuestros hermanos en la fe.

Recordemos que el Salmo 101:6ª, que acabamos de leer dice:

Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá.

¿Con quién debemos básicamente estar y tener comunión?: con los fieles de la tierra.

Llamamos cultura del reino a aquella que expresa los valores del reino de Dios.
En cambio, la cultura de tinieblas (su música, libros, programas de televisión, películas, etc.) expresan la desesperanza, engaño, egoísmo, inmoralidad, en fin los valores del reino de Satanás.

Optar por la cultura del reino y desarrollarla entre nosotros, en nuestras familias, significa por ejemplo: que en nuestras casas la música que se escuche sean las alabanzas al Señor, en lugar de la música que expresa los valores de la cultura de las tinieblas. Debemos leer la Palabra y compartir de que modo nos habla el Señor en los diversos pasajes, leer libros cristianos (los hermanos que más recientemente han comenzado a seguir al Señor deberían pedir consejo a sus líderes espirituales sobre que les conviene leer: no todo lo que se encuentra en las librerías cristianas puede ser aconsejable), ver videos cristianos, escuchar cassettes con mensajes de la Palabra, etc.

Conclusión

Constantemente los medios procuran que aceptemos como bueno aquello que el Señor condena. Lo hacen a veces en forma grosera, pero la mayoría de las veces es algo sutil y persuasivo. Como cristianos, como comunidad de fe, debemos estar alertas y mantenernos firmes ante este intento de subvertir los valores, del entendimiento del bien y del mal.

El Señor advierte: ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz! (Isaías 5:20ª).

Como comunidad de fe debemos guardarnos para Dios confiando en sus promesas.
Él nos dice: “Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; El que anda en camino de integridad me servirá”. (Salmo 101:6)

Y nosotros decimos: ¡Si Señor ayúdanos y sostennos para que podamos andar en integridad y servirte en el poder del Espíritu Santo! Amén.

1 COMENTARIO

  1. hola muy bueno sus aporte tome parte de esta informacion para una tesis..bendiciones,,pastor alvaro cuello

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