DEVOCIONAL DIARIO – SIEMPRE FIEL ES DIOS

DEVOCIONALES DIARIOS – SIEMPRE FIEL ES DIOS

«Este mensaje es digno de crédito: Si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo.» 2 Timoteo 2:13

Escuché una reflexión que me hizo pensar. La misma palabra aplica con significados distintos según a quien se la destina. Si hablamos de Dios, el siempre es absoluto. Dios es siempre igual, no cambia. Y esa cualidad se mantiene a lo largo de la eternidad. Su justicia no cambia, es siempre igual. Dios no cambia de estado de ánimo ni de forma de pensar.

En contraposición a este estado absoluto de Dios, nuestros siempre son relativos. Frases como «te voy a amar siempre», «siempre podes contar conmigo», «podés confiar en mí siempre», son completamente temporales. Duran tanto como nuestro estado de ánimo. Comenzamos algo y lo cancelamos cuando nos cansamos. Pasamos de la alegría al enojo, de la depresión a la euforia con la misma facilidad que nos cambiamos de remera.

Y entonces, lo que habíamos prometido que iba a ser para siempre, se convierte en un nuevo desdecir. Y modificamos lo que habíamos prometido. Frente al concepto absoluto de Dios, nosotros aplicamos la relatividad a todo lo que hacemos.

Lo demuestra claramente Pablo en este corto pasaje. Frente a nuestra permanente infidelidad. Naturalmente, nos surge enojarnos, defendernos o reaccionar frente a la infidelidad de otros, cuando sufrimos esa actitud injusta. Pero si somos nosotros quienes actuamos de esa manera, nos autojustificamos y esperamos comprensión.

Dios es claramente distinto. Él es siempre fiel. No importa cuan grave sea tu pecado, cuan terco seas, cuan fea sea tu actitud, Él siempre te espera, te ama y te perdona. Nuestra infidelidad, nuestro pecado o nuestra indiferencia no pueden modificar la conducta de Dios. Porque Él no puede negarse a si mismo.

Aquello que para nosotros resulta casi un imposible, para Dios es una cuestión natural. Ser ecuánime, ser justo, aplicar la misma regla para todos, sin importar quien sea, es la condición básica de Dios. Hoy Pablo vuelve a recordarnos la grandeza de la permanencia de Dios y lo mucho que vale para Él la fidelidad.

Dios sigue siendo Dios aunque vos te esfuerces en insultarlo, desobedecerlo o agraviarlo; aunque hayas prometido amarle siempre y te hayas olvidado. ¡Gracias a Dios por su promesa permanente de ser siempre igual!

REFLEXIÓN —Dios es un siempre absoluto.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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