DEVOCIONAL CRISTIANO – EL CAMBIO

DEVOCIONAL CRISTIANO – EL CAMBIO

«Y le cambiaron los vestidos de prisionero, y comió siempre delante de él todos los días de su vida.» 2 Reyes 25:29

Joaquín fue el último rey de Judá, vivió con la grandeza y displicencia de los reyes hasta que fue derrotado en la guerra. Y la consecuencia fue obvia. Dejó de ser rey para convertirse en un preso. Tuvo suerte porque por lo general, los derrotados eran asesinados. Y tuvo que vivir en el exilio de Babilonia. Se vio obligado a cambiar su palacio por una sucia cárcel babilónica, y sus manjares de rey por sobras o basura.

No es fácil bajar de status social, mucho menos soportar una caída tan vertiginosa y drástica. Resulta insoportable para la vida tener que recordar las virtudes y placeres que se disfrutaban antes y la angustia y limitaciones que se padecen en el momento. ¡Cuánto habrá sufrido Joaquín esa diferente realidad! Supongo que habrá habido momentos en los que hubiera preferido ser muerto antes que soportar semejante humillación. El hombre que dirigía los destinos de una nación estaba casi desnudo, comiendo basura al borde de morir de hambre, sucio y sin bañarse por años. Quien lo hubiera visto a Joaquín en ese momento jamás hubiera supuesto que era un rey.

Vivió treinta y siete años en la cárcel pero un día lo sacaron. Nadie sabe la razón, pero el rey de Babilonia un día tuvo misericordia de este hombre y lo mandó llamar. Hizo que lo bañaran, le cambiaron su ropa, le dieron dignidad y lo invitó a comer en su mesa todos los días. Me imagino a Joaquín en el primer almuerzo en la mesa del rey, tratando de controlarse por no manotear toda la comida a la vez y mostrar algo de dignidad.

Le cambiaron la vida de nuevo y le dieron una nueva oportunidad. Ya no podría ejercer poder nuevamente, pero ahora era considerado como un ser humano. Se alimentaba dignamente, tenía vestido y era respetado. La imagen del miserable preso era un tema del pasado. Ahora volvía a vivir con decoro.

Mientras pensaba en la vida de este ex rey, me acordé de lo que Jesucristo hizo conmigo. Fue mucho mejor y más perfecto el cambio que realizó en mi vida. Jamás había sido alguien importante antes que Él me rescatara. Y mi situación era peor que vivir en una cárcel. Estaba condenado por mis pecados al peor de los castigos. Pero Cristo me rescató.

REFLEXIÓN – Cristo te cambia la vida permanentemente.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

1 COMENTARIO

  1. Realmente cuando Jesús, nos saca de la cautividad en la que estábamos, fue volver a vivir, en todo el sentido de la palabra. Nos dá libertad!!!! Gracias mi Dios por tu acto de amor y misericordia.-

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