Mensajes Cristianos – Un Fracaso Bien Devenido

Mensajes Cristianos – Un Fracaso Bien Devenido

«Encomienda al Señor tu camino, Y confía en él; y él hará» (Salmos 37:5).

Thomas Alva Edison registró 1.093 patentes. La mayor parte de sus invenciones estaba por demás o casi imposible de vender. Eran un fracaso. Pero, un hombre que inventó la bombilla eléctrica y el gramófono, podía se dar el lujo de muchos fracasos. Era tan desinteresado en los negocios que perdió el control de las compañías lucrativas que fundó y, mismo en tiempo de profunda crisis económica, él murió con un patrimonio de 2.000.000 de dólares. Edison fue un fracaso bien devenido.

Es obvio que aprendemos con nuestros errores. Nosotros también crecemos cuando fallamos. Pero, es necesario que osemos fallar. Si estamos listos para fallar mucho, aprenderemos bastante, pero, si nuestro orgullo no nos permitir fallar, difícilmente alcanzaremos algún tipo de éxito.

Muchas veces perdemos grandes momentos de alegría y satisfacción porque somos rigurosos demás con nuestros objetivos. Queremos ser victoriosos en todas nuestras iniciativas y no aceptamos ningún error. Al experimentemos una caída, al no percibir éxito en lo que hacemos, al no ver resultado en la primera tentativa, nos desalentamos, nos sentimonos fallidos, desistimos de luchar y no tenemos coraje de recomenzar. Asumimos la posición de perdedores y renunciamos de los sueños de felicidad.

Pero, existen muchos ejemplos que prueban  cuanto estamos equivocados. Edison es apenas un nombre entre cientos o millares. ¡Una caída no es una derrota! ¡Un fallo no significa fracaso! Un paso mal dado no impide que  demos otros. Un fallo puede ser corregido. Aprendemos con los errores, con las desilusiones, con las chascos. La perseverancia siempre nos hablará al oído: «Usted no errará nuevamente, no cometerá nuevos fallos, no verá nuevos fracasos». Y, agarrando con mano firme la esperanza y la fe, veremos, por fin, el final de todas nuestras conquistas.

Sus fracasos serán insignificantes cuando contemple el gran éxito anhelado. Confíe en Dios, ¡Él ayudará usted siempre!