Cristianos a la Verdad Compensa

Cristianos a la Verdad Compensa

«Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y los años en que vimos el mal.» Salmo 90:15

Los expertos en la bolsa dicen que para lograr en ese mercado una ganancia segura con poco riesgo, es necesario mantener la inversión a largo plazo. Se puede ganar mucho dinero en la bolsa cuando las acciones suben; pero también se puede perder mucho. Sin embargo, si se mantiene la acción más de dos años, es casi seguro que el valor de la misma se incrementará.

La misma sensación la tenemos en la vida cotidiana. Hay situaciones que nos entristecen y acongojan. Y las vivimos como una pérdida. David tenía la misma experiencia. Había ganado mucho, pero también había sido derrotado muchas veces. Y en el balance de la vida, puede hacer esta reflexión.

Es imposible no tener problemas, o vivir una vida libre de dificultades. Y muchas veces, nos parece que es injusto tener que soportar por períodos tan largos de tiempo una situación tan penosa. Esto se hace más difícil de sobrellevar cuando vemos que a nuestro alrededor, otros están mejor que uno. Por eso es que el salmista le rogaba a Dios que lo compense.

David sabía que no podía estar eximido del sufrimiento, pero también sabía que Dios es un Dios justo, amoroso y misericordioso. Por eso le pide que le de alegría en compensación por el tiempo que tuvo que sufrir. Cuando estamos soportando un mal momento, nos parece eterno e imposible de sobrellevar. Pero Dios siempre se acuerda de nosotros y nos responde.

Estuve más de un año y medio buscando trabajo. Tuve muchas entrevistas, llegué varias veces a la terna final, fueron siempre muy buenas oportunidades que nunca se concretaban. Y la negativa siempre generaba frustración y angustia. El no ser elegido siempre es un golpe muy duro de soportar. Y somos tentados a pensar que Dios se olvida de nuestro problema cuando no encontramos respuesta.

Sin embargo, hoy tengo un trabajo nuevo que es muy bueno. Si Dios hubiera permitido que me acepten en alguno de las anteriores posibilidades, nunca hubiera llegado a tener el trabajo que hoy tengo; que a mi criterio, es todo lo que estaba esperando. Mi ansiedad me hubiera jugado una muy mala pasada. Pero Dios que sabe todo y tiene un tiempo determinado para cada cosa, me dio lo que necesitaba cuando a Él le pareció más conveniente.

Hoy ya no me acuerdo de la angustia que me produjo las negativas anteriores. Hoy estoy disfrutando mi nuevo y gran trabajo.

REFLEXIÓN – Dios compensa.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí