Cristiano, ¿Cuál es tu excusa?

Excusas-CristianosCristiano, ¿Cuál es tu excusa?

“PERO TODOS A UNA COMENZARON A EXCUSARSE…” (Lucas 14:18)

Contemplemos algunas de las excusas que damos para no perseguir el sueño que Dios nos ha dado:

Primera: ‘Los sueños no se hacen realidad para las personas normales y corrientes.’ Los hermanos Wright querían volar. Winston Churchill imaginó una Europa libre. El doctor Martín Luter King soñó con la igualdad racial. Pero no tienes que ser una figura prominente para tener un sueño. Lo que diferencia a la gente normal de la gente extraordinaria es la persecución de un sueño. Las personas normales y corrientes viven vidas extraordinarias cuando siguen sus ilusiones. ¿Por qué decimos eso? Porque un sueño dado por Dios te motivará a hacer cambios importantes en tu vida. No sólo cambiarás para poder alcanzar tu sueño, sino que al proseguirlo todo será cambiado en el proceso, tanto tu persona como tus posibles logros. En otras palabras, tu sueño se convierte en tu meta y tu agente de cambio.

Segunda excusa: ‘Si el sueño no es algo grandioso, no merece la pena seguirlo.’ El tamaño no determina la importancia. Tu sueño no tiene que ser grandioso, sólo mayor que ti mismo. Decía la Madre Teresa: ‘No todos podemos hacer grandes cosas, pero todos podemos hacer pequeñas cosas con gran amor.’

Tercera excusa: ‘Éste no es un buen momento para seguir mi sueño.’ Para alcanzar tu ideal sólo necesitas dos permisos: el de Dios y el tuyo. En palabras del novelista George Eliot: “Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido.’ Nunca encontrarás el momento perfecto para seguir tu sueño; por lo tanto, empieza ya. Si no lo haces, el año que viene serás un año más viejo, y sin embargo no estarás más cerca de su realización.

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