Prepara a tus hijos. Primera parte

Bueyes - Yugo - CristianoPrepara a tus hijos. Parte 1

“BUENO LE ES AL HOMBRE LLEVAR EL YUGO DESDE SU JUVENTUD” (Lamentaciones 3:27)

Creer que el crecimiento y la madurez espiritual simplemente “se dan” en la vida de tus hijos es como esperar que una bellota se convierta en un roble de la noche a la mañana. Un roble necesita tiempo y un proceso de maduración para llegar a ser lo que es –y lo mismo sucede con los hijos. “Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud” (Lamentaciones 3:27). Si el proceso no empieza en la juventud, el paso del tiempo producirá jóvenes poco preparados, con malos hábitos y actitudes erróneas, las cuales serán difíciles de erradicar más adelante, cuando tengan que aceptar responsabilidades como adultos. Siguiendo la metáfora del “yugo”, el buey más joven aprende trabajando junto a uno bien entrenado; de ese modo, compartirán la carga y el joven seguirá su ejemplo.

Los padres tienden a cometer dos errores con sus hijos. Por un lado, hacen demasiado por ellos, pero luego se quejan de que son perezosos. Por otro, hacen demasiado poco. Es decir, demandan demasiado de los hijos, haciendo que éstos se frustren y se sientan incompetentes. La clave para formar carácter y confianza en sí mismos no es hacer las cosas por ellos, sino con ellos, enseñándoles a ser responsables.

El principio del yugo aporta dos beneficios:

a) la ventaja de ofrecerles un modelo a seguir. Enséñales a tus hijos con la demostración amorosa y continua de destrezas, y hazlo con amor. Un día te agradecerán el hecho de que las herramientas que les has dado les han conducido a una vida de éxito material y espiritual;

b) la ventaja de la relación. Esos momentos de capacitación y de tareas en común son excelentes oportunidades para desarrollar y estrechar esos lazos preciosos y duraderos con tus hijos.

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