La Vida Cristiana decisiones y decisiones

La Vida Cristiana decisiones y decisiones

“MUÉSTRAME LA SENDA CORRECTA, OH SEÑOR…” (Salmo 25:4 NTV)

Toda decisión, por sencilla que sea, puede producirnos tensión. ¿Has visto alguna vez a un niño que no sabe si escoger entre helado de chocolate o de fresa? Y las decisiones importantes, tales como con quién te vas a casar, comprar una casa o someterte a una operación de alto riesgo, pueden agobiarte en extremo. Pero es posible aminorar esa angustia si sigues unos principios bíblicos:

1) Infórmate bien. “Precipitarse a responder antes de escuchar los hechos es a la vez necio y vergonzoso.” (Proverbios 18:13 NTV). Recaba todos los datos necesarios para evitar tomar decisiones de las que luego te vayas a lamentar. Nunca el conocimiento ha estado tan a nuestro alcance, por medio de internet, de libros y sobre todo de la Palabra de Dios: “Tus mandatos me hacen más sabio… pues me guían constantemente” (Salmo 119:98 NTV).

2) Consulta con Dios. “Muéstrame la senda correcta, oh Señor; señálame el camino que debo seguir” (Salmo 25:4 NTV). Consultar a Dios nos impide tomar decisiones precipitadas, aclara nuestras intenciones y nos prepara para recibir su consejo. ¿Está interesado Dios en tus decisionesí ¡Por supuesto! “El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida” (Salmo 37:23 NTV).

3) Sé abierto a nuevas ideas; no te quedes anclado en tu vieja forma de pensar. “Las personas inteligentes están siempre dispuestas a aprender; tienen los oídos abiertos al conocimiento” (Proverbios 18:15 NTV). Aferrarse siempre a lo familiar te dejará estancado. Tal vez Dios quiera guiarte en una dirección distinta para que recibas algo nuevo. Respira hondo, busca su sabiduría y abre tu corazón para entender su guía.

4) Busca consejo de buenos amigos. Dice un antiguo proverbio celta: “El camino más duro es el que se recorre solo.” Sigue el consejo de Salomón: “El necio cree que todo lo que hace está bien, pero el sabio atiende los consejos” (Proverbios 12:15 DHH).

“MUÉSTRAME LA SENDA CORRECTA, OH SEÑOR…” (Salmo 25:4 NTV)