El Privilegio de esta con Dios

Tiempo con Dios¿Qué Ofreceré?

«así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas» (Juan 10:15).

Un capellán estaba conversando con un soldado que se encontraba en una cama de hospital. «Perdió un brazo en la grande causa», dijo el capellán. «No», dijo el soldado con una sonrisa. «Yo no lo perdí — yo lo di». Del mismo modo, Jesus no perdió Su vida. Él a dio intencionalmente. Él murió para que tuviésemos el perdón de los pecados y para que fuésemos para el Cielo.

Feliz aquél que abrió su corazón para el Señor y puede contar con Su compañía. Es nuestro mejor Amigo, nuestro ajudador, lo Guía que nos conduce por veredas de esperanza.

Ofreció Su vida santa por nosotros. Murió en la cruz para  dar nos vida abundante. Enfrentó momentos de gran angustia por  amarnos. En Él tenemos la paz verdadera y la vida eterna. Es nuestro Dios, nuestro Consolador, nuestro Salvador.

¿Qué estamos dispuestos a ofrecer a Él? ¿hasta que punto estamos prestos a prescindir a nuestros interesesí ¿Que lugar tiene Él ocupado en nuestras vidasí ¿Ya le dijimos, alguna vez, «muchas gracias, Señor»?

Quiero  dar le mi sonrisa, mi alegría, el mejor momento de mi día, mi confianza en cualquier situación. Quiero que Él sepa que nada hago sin que Él me oriente, que preciso de él para todo lo que hago, que es mi inspirador, la firmeza que mueve mis pies, el amor que me hace extender las manos.

No me cansaré de decir «gracias, querido Jesus». Mi vida es otra, mucho mejor, mucho más agradable, mucho más prazerosa, desde que yo lo acepté en mi corazón. También diré hasta el último de mis días, «Señor, eres el gran motivo de mi felicidad».

¡Qué grande privilegio, Señor, estar contigo!

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