La credibilidad de Cristo Parte 1
“…SABIENDO JESÚS QUE YA TODO ESTABA CONSUMADO… PARA QUE LA ESCRITURA SE CUMPLIERA… DIJO: ¡CONSUMADO ES!” (Juan 19:28-30)
¿Qué hizo que grandes intelectuales como C.S. Lewis entregaran su vida a Cristo? ¡Su credibilidad! Observemos algunas de las profecías del Antiguo Testamento que Jesús cumplió durante su vida en la tierra:
1) Entraría en Jerusalén montado en un burro: “…Mira que tu rey vendrá a ti, justo y salvador, pero humilde, cabalgando sobre un asno…” (Zacarías 9:9).
2) Un amigo lo traicionaría: “Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba… se ha vuelto contra mí” (Salmo 41:9).
3) Sería vendido por treinta monedas de plata: “…Entonces pesaron mi salario: treinta piezas de plata…” (Zacarías 11:12).
4) Echarían a suertes sus vestiduras: “Repartieron entre sí mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes” (Salmo 22:18).
5) No quebrarían ninguno de sus huesos: “Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrado” (Salmo 34:20).
6) Sería enterrado en la tumba de un hombre rico: “Se dispuso… su sepultura… con los ricos fue en su muerte…” (Isaías 53:9).
7) Resucitaría de los muertos: “…No dejarás mi alma en el seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción” (Salmo 16:10).
Juan nos relata: “Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliera: ¡Tengo sed!” (Juan 19:28). Jesús estaba con todas sus facultades mentales, con su mente clara, consciente de que había cumplido cada una de las profecías acerca de Él, hasta la última, cuando exclamó: “…Consumado es…” (Juan 19.30). Jesús es totalmente digno de crédito, ¡y puedes confiar en Él!
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