La Fe y la Paciencia

La Fe y la Paciencia en la Biblia

Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. – Santiago 1:4

Yo hablo mucho de la fe, pero hay otra fuerza que va junto con ella que es igual de importante. Es la paciencia: la capacidad de permanecer firme en la Palabra de Dios aun cuando la victoria parece demorarse.

La paciencia no es automática. No funciona a menos que usted la ponga a trabajar. Hay tanta gente que no comprende eso. Piensan que de alguna manera la fe y la paciencia les funcionarán sin ayuda. Dejan que el diablo destruya sus vidas y luego dicen cosas tontas como: «Bueno, creo que Dios envió esa prueba para fortalecer mi fe». ¡No sea usted jamás sorprendido diciendo eso!

En primer lugar, Santiago dice: «Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta»» (Santiago 1:13). En segundo lugar, esa prueba no va a fortalecer su fe. A decir verdad, la destruirá si usted lo permite.

Si le diera a usted un juego de pesas, ¿ese juego de pesas lo haría más fuerte? No. De hecho, si deja caer una de ellas sobre su pie, podría resultar penosamente más débil. Lo que cuenta es lo que usted hace con ellas, ¿cierto?

Bueno, lo mismo se aplica cuando usted tropieza con alguna mala situación que el diablo ha puesto en su camino. Si se acuesta y deja que le atropelle, le causará daño. Pero si usted deja que la paciencia tenga su obra perfecta, si permanece y persevera constantemente, creyendo y apoyándose confiadamente en la Palabra de Dios, usted terminará siendo perfecto y cabal, sin que le falte cosa alguna.

«Sin que os falte cosa alguna». Esas palabras deberían ser suficientes para convencerlo de que la paciencia no es un premio de consolación. Es un poder de primera clase que pondrá las promesas de Dios a su alcance. Es una fuerza que lo convertirá en vencedor.

Génesis 26:15-22

26:15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
26:16 Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
26:17 E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí.
26:18 Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.
26:19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,
26:20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.
26:21 Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna.
26:22 Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.

Escrito por Kenneth Copeland

2 COMENTARIOS

  1. Gracias que el Señor les bendiga por compartir con nosotros estos mensajes tan edificantes, tengo un mes de estar compartiendo en mi Iglesia temas sobre la fe, y una de las cosas que me interesa que las personas que asisten aprendan es que a todos se nos dio una medida de fe, pero que de nada nos sirve si no la ponemos a trabajar.. bendiciones y de nuevo gracias

  2. Gracias que el Señor les bendiga por compartir con nosotros estos mensajes tan edificantes, tengo un mes de estar compartiendo en mi Iglesia temas sobre la fe, y una de las cosas que me interesa que las personas que asisten aprendan es que a todos se nos dio una medida de fe, pero que de nada nos sirve si no la ponemos a trabajar.. bendiciones y de nuevo gracias

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