La Biblia y el dar a Dios

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la-biblia-y-el-dar-a-DiosLa Biblia y el dar a Dios

«Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás.» Marcos 12:42-43(NVI)

En estos tiempos de fiestas navideñas, la solidaridad se hace notar y muchos generosamente donan dinero, bienes, regalos o comida para los más necesitados. Y los noticieros ponderan a aquellos que actuaron con bondad hacia su prójimo. Obviamente la donación más grande es la que recibe mayor prensa. Porque los hombres nos dejamos llevar por lo que ven nuestros ojos.

Lo maravilloso es que Dios no mira lo que mira el hombre, sino mira lo que es invisible. En el templo estaba en patio donde todos eran bienvenidos con sus tinajas para las ofrendas. Era un lugar público y en consecuencia, todos veían lo que cada uno daba. Los fariseos, fieles a sus costumbres de ostentar estaban haciendo bandera de su generosidad y devoción a Dios dando ofrendas abundantes.

Es cierto, daban mucho dinero. Pero Jesucristo los censura. No es que Dios no quiera a los ricos. Al contrario, Dios ama a todos. Y deberíamos tener una elevada autoestima social sabiendo que somos hijos del Rey. No podemos dar lástima, siendo mediocres. Dios espera que nos esforcemos, mejoremos y progresemos. Que seamos empresarios exitosos, negociantes poderosos, hombres y mujeres de influencia social y económica. ¿Qué más quisiera Dios que Bill Gate sea un hijo suyo?¿Se imaginan lo que haría internet???

Pero esta situación de Jesucristo se malentiende, porque se piensa que su censura es por el dinero. Pero no. No es por eso. Pensar así sería medir las cosas por lo que vemos. Pero Dios mira la intención del corazón. Por eso pondera a la viuda que puso dos moneditas casi insignificantes. Porque ella puso todo lo que tenía, todo su sustento. E intentó agradar a Dios con su ofrenda.

NO dio lo que le sobraba, lo que no servía, para hacerse ver, para el aplauso de la gente. Dio en secreto, para Dios, todo lo que pudo. Y Dios valoró eso. Porque Dios mira tu corazón, tus intenciones. En dos días vamos a estar en el 2013, y nuestro Dios espera que puedas dar con generosidad y abundancia, pero por sobre todas las cosas, con sinceridad y de corazón. ¡Que puedas hacer un compromiso con Dios para dar cada día lo mejor y más valioso para Él!

REFLEXIÓN – ¿vas a dar bien?

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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