DIOS NO HA DESECHADO SU PLAN CONTIGO
Han pasado cuarenta años desde que Moisés huyó de Egipto, y se ha refugiado en la tierra de Madián, está casado con Sefora, y tiene un hijo a quien le puso por nombre: Gersón, cuyo significado es “forastero soy en tierra ajena” (Éx. 2:22), y expresa en buena manera lo que estaba Moisés viviendo: estaba muy lejos de su pueblo, en tierra extranjera, no volvió a ver a sus padres, y vive con nostalgia en su corazón.
Considerando que para Moisés han pasado cuarenta años, tiene familia, vive muy lejos de la tierra de sus padres y es pastor de ovejas, seguramente en su mente y corazón ya no laten con fuerza aquellos sueños de ser un libertador, un gran líder y un poderoso instrumento de Dios. Probablemente los había olvidado. Pero Dios no, aunque había fallado, aunque estaba en un desierto, aunque tenía ochenta años de edad, Dios no lo había desechado, ni lo había olvidado.
Dios se le aparece a Moisés en el desierto, a sus ochenta años, en un escenario y modo que ninguno de nosotros esperaría. Pero así es Dios, se manifiesta cuando él quiere, y dónde él quiere (de acuerdo a Su perfecta voluntad), él es el Señor, Dios todopoderoso y soberano. Moisés (por el fracaso del pasado) huía de la gente, de grandes responsabilidades, de cualquier posible liderazgo, pero no podía huir y esconderse de Dios. Por eso el salmista dice: “¿a dónde huiré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.