Por qué te acepta Dios. Parte 2

0

la-nina-de-tus-ojos-2Por qué te acepta Dios. Parte 2

«…DE ESTA FORMA, A NOSOTROS… DIOS NOS DECLARA JUSTOS» (2 Corintios 5:21 CST)

En el mundo se nos dice que nuestra valía depende de nuestro «hacer». Durante la infancia, siempre nos estaban comparando. Cuando nos preguntaban por qué no nos iba tan bien en el colegio como a nuestro hermano o hermana, no teníamos respuesta porque sentíamos que estábamos haciendo las cosas lo mejor posible. Entonces nos esforzábamos aun más. Sin embargo, por más que lo intentáramos, siempre había alguien que no estaba satisfecho. De adultos, seguimos recibiendo el mensaje: ‘Algo no va bien contigo’, mensaje que nos quema, nos confunde y nos hace indiferentes.

Muchos acudimos al psicólogo, cuando en realidad lo que necesitamos es la seguridad del amor incondicional de Dios. Tus comportamientos erróneos no van a cambiar hasta que te convenzas de que Dios te ama, no importa lo que hagas. Jesús lo hizo posible en la cruz. ¿Por qué es importante creer esto? Porque a menos que sepas quién eres en Cristo, irás dando tumbos, convencido de que la aceptación de Dios se obtiene con el comportamiento y los logros. En realidad, la aceptación de Dios sí depende de los logros, pero no de los tuyos –¡de los de Cristo!

Jesús te ama incondicionalmente y está comprometido con tu vida y su progreso. Lo mejor de todo es que no te condena mientras se operan los cambios. Él se hace cargo de tu temperamento, tus luchas y hasta las bases falsas sobre las que has fundamentado tu autoestima. No solo lo entiende, sino que se preocupa por ti. Cuando entras en una relación personal con Cristo, Él comienza un proceso para aliviar tu sufrimiento, revelar tu verdadero valor y hacer florecer tus dones. Poco a poco, Él restaura todo lo que satanás te ha robado. Pero mientras dura el proceso, tu posición está asegurada «en Cristo». Esa es la base de la aceptación continua de Dios.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí