La gratitud es contagiosa

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la-gratitud«DAD GRACIAS EN TODO…» (1 Tesalonicenses 5:18)

¡La gratitud es contagiosa!

La escritora Barbara Johnson estaba muy agitada: andaba tarde para el trabajo, y camino de la oficina tuvo que ir de pie en el autobús porque estaba abarrotado. Su estado de ánimo se estaba empeorando cuando una voz animada, proveniente de la parte delantera del autobús, anunció: ‘¡Qué día tan hermoso, verdad!’ Ella no podía ver al hombre que hablaba pero escuchó sus palabras que iban describiendo el bonito paisaje por donde pasaban… la iglesia… el parque… un cementerio… la estación de bomberos. La actitud agradecida de ese hombre animó a los que estaban alrededor de él. Cuando Johnson se bajó del autobús miró al orador: ¡era un hombre de mediana edad, con gafas oscuras y un bastón de ciego! Dijo Pablo: «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios…» (1 Tesalonicenses 5:18). No damos gracias a Dios por las pruebas, sino que se las damos cuando estamos pasando por ellas.

La gratitud es como un bumerán; bendice al recipiente, pero luego da un giro de 180º y cuando vuelve bendice a la persona agradecida. Según un profesor de la Biblia: «Sea cual sea la crisis de tu vida en estos momentos, antes de que ésta llegara Dios ya te había preparado para soportarla… otros han pasado exactamente lo mismo que tú… y salido victoriosos… con cada tentación Dios prometió «…la salida, para que podáis soportarla» (1 Corintios 10:13). Las pruebas y las «salidas» son inseparables. Pero el enemigo no quiere que lo sepas, para poder convencerte, cada vez que tengas una prueba, de que no hay salida. Hace tiempo aprendí que cuando el diablo insiste mucho, es porque «la salida» va a ser revelada pronto… Tenemos que hacer lo que Dios dice: «…No os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza» (Nehemías 8:10). Si tienes Su gozo, tendrás fuerzas para el camino».

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