El Tiempo y el Trabajar en la Biblia

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la-luz-en-la-biblia«Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar.» Juan 9: 4 (NVI)

El Tiempo y el Trabajar en la Biblia

Este pasaje que relata la historia de la curación de un ciego, siempre me hizo pensar mucho en los tiempos de Dios. No había pecado este hombre, ni sus padres. Era ciego de nacimiento para que se manifieste la gloria de Dios. ¿Cuánto tiempo estuvo ciego? No sabemos. Lo que es seguro es que toda su niñez, su adolescencia y su juventud la vivió como un discapacitado, en una sociedad que discriminaba a los tullidos.

De las muchas veces que leí este pasaje, muy pocas veces me había detenido en este texto. Tal vez molesto por la situación de este hombre, y suponiendo lo que le estaría pasando por la cabeza, muy pocas veces había observado esta frase de Jesucristo. Mientras sea de día, tenemos que trabajar. Porque viene la noche cuando ya nadie puede trabajar.

En aquellos tiempos, se trabajaba a la luz del sol. Cuando el sol se ocultaba, la vida se detenía. Apenas una lámpara para acostarse y dormirse. Cuesta pensar la vida en esos términos. Sin luz, sin agua, sin internet, sin televisión, sin celulares. Era otra vida, que solo estaba activa mientras el sol iluminaba la tierra. Por eso, esta frase de Cristo era tan clara para aquellos hombres.

Ellos sabían que para pescar o para levantar la cosecha, era imperioso utilizar bien cada minuto del día. Porque cuando llegaba la noche, ya era tarde. Hoy en día, la luz artificial nos quitó ese problema, y nos dio otros. Hoy postergamos nuestras tareas, y dejamos todo para último momento sabiendo que aunque el día se acabe; todavía tenemos un adicional de luz artificial.

Pero esta alternativa que usamos en la vida cotidiana no aplica para la vida espiritual. En el reino de Dios, se sigue manteniendo la máxima del Señor Jesús: hay que trabajar mientras hay luz. Hay que comprender que el tiempo de Dios se está acabando, y queda poco tiempo para predicar.

Podemos seguir viviendo como si nada pasara, pero eso no va a modificar el reloj de Dios. El tiempo se acaba, cada vez la venida de Jesucristo está más cerca y nos queda menos tiempo para ocuparnos en avisarle a otros el mensaje de salvación. Esa es la obra que Dios nos encargó que hiciéramos, hasta que Él vuelva.

REFLEXIÓN Todavía hay luz, aprovechala.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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