Decepcionando a Dios

0

decepcionado-biblia«…HASTA QUE CRISTO SEA FORMADO EN VOSOTROS…» (Gálatas 4:19b)

Decepcionando a Dios

En el libro The Life You’ve Always Wanted (La vida que siempre has deseado), John Ortberg escribe: «Me siento decepcionado al ver que aún amo tan poco a Dios y que peco tanto. Puedo sentir celos enormes si alguien tiene visiblemente más éxito que yo. Me siento desilusionado al ver mi capacidad de ser pequeño e insignificante. No consigo orar durante mucho tiempo sin que mi mente se pierda en una fantasía de venganza colérica por algún insulto del pasado que pensé que había perdonado hacia ya mucho tiempo, o alguna fantasía grandiosa de acontecimientos. Puedo hacer pensar a otros que estoy muy ocupado y que soy productivo, sin embargo malgasto muchas horas viendo la televisión. Aunque soy consciente de cuánto me falta para dar la talla, eso a veces ni siquiera me preocupa. Me decepciona mi falta de decepción.»

¿De dónde procede esta decepción? El origen de la palabra es quitar a Dios el papel central que Él anhela desarrollar en nuestras vidas y de ponernos a nosotros mismos en su lugar. Es lo que Pablo pensaba cuando escribió: «…dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros…» (Gálatas 4:19b).

Una de las obras maestras del escultor Miguel Ángel, la Piedad, es una estatua de mármol de María con Cristo muerto en sus brazos. Hace unos años, un fanático cogió un mazo y empezó a destruirla. Aunque el daño fue considerable, artistas del Vaticano consiguieron restaurarla casi a su estado original.

¿Sabes una cosa? Dios se ha propuesto restituir su imagen en nosotros. Su plan no es reparar la mayor parte de nuestras desdichas, es hacernos «nuevas criaturas». Tal vez eso te ayude a entender por qué últimamente ha estado ocupado en revelar, limpiar y restaurar algunas cosas en tu vida.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí