Reflexiones Cristianas: La historia de Roger Crawford

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«ESFORZAOS Y COBRAD ÁNIMO.» (Deuteronomio 31:6)

Reflexiones Cristianas: La historia de Roger Crawford

Roger Crawford es un escritor de renombre que da conferencias en las empresas principales de los Estados Unidos, viaja por todo el mundo en calidad de asesor y además de eso es un tenista profesional. ¿No te impresiona eso? ¿Lo estarías si supieras que no tiene manos y sólo un pie?

Cuando nació, los médicos dijeron que nunca podría caminar ni cuidar de sí mismo. Pero sus padres no se lo creyeron. Lo enviaron a escuelas normales, le hicieron participar en los deportes, y le enseñaron a pensar positivamente. «Nunca me dejaron que tuviera compasión de mí mismo, ni aprovecharme de mi situación desventajosa», dice.

Cierto día recibió una llamada de un hombre que había leído acerca de él. Cuando los dos se encontraron, se dieron cuenta que tenían los mismos impedimentos físicos. Roger se emocionó pensando que tal vez había encontrado a alguien mayor que él que podría ser su tutor. ¡Pero se equivocó! «En vez de eso», dice, «me encontré con un hombre amargado que echaba a su cuerpo la culpa de todas sus decepciones. No podía mantener un trabajo. Culpaba a la gente de discriminarle y no (como admitió) al hecho de que siempre llegaba tarde, faltaba, y no era responsable. Su actitud era: El mundo tiene una deuda conmigo. ¡El problema era que el mundo no estaba de acuerdo con él! En realidad, se enojó conmigo por no compartir su desesperación. Nos mantuvimos en contacto hasta que por fin me di cuenta de que, aunque de repente ocurriera un milagro que le diera un cuerpo perfecto, su vida no cambiaría mucho, porque era más prisionero de su actitud que de sus circunstancias».

La filosofía de Roger Crawford es digna de ser usada como lema para vivir: Los obstáculos sólo pueden incapacitarnos si lo permitimos. Las verdaderas limitaciones están en nuestras mentes, y no en nuestros cuerpos.

Por esta razón mis amados reflexionemos un poco el día de hoy, e identifiquemos nuestra mala actitud y llevémosla cautiva a la obediencia de Cristo! Y no olvidemos lo que dice el libro de Deuteronomio: «ESFORZAOS Y COBRAD ÁNIMO.» (Deuteronomio 31:6)

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