¡Vuelve a la oración!

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manos-juntas-biblia«VELAD Y ORAD, PARA QUE NO ENTRÉIS EN TENTACIÓN» (Mateo 26:41)

¡Vuelve a la oración!

Aprenderás más en una hora con Dios que con cualquier persona en toda la vida. El enemigo sabe cuál es el potencial que Él te ha dado y hace todo lo que puede para detenerte antes de que lo alcances.

¡La oración pone un escudo de protección divina alrededor de ti! ¡No vivas sin ella!

Las ojos que ven este e-mail puede que no estén aquí el próximo año, a no ser que alguien ore por ti. Hay personas leyendo esto que pensaron que precisamente ellas, entre toda la gente, nunca defraudarían a Hacienda o a su cónyuge, pero lo hicieron. A no ser que reconozcas la inclinación a pecar que hay en ti, no podrás orar contra ella. Por tanto, serás vulnerable a los ataques del enemigo.

Jesús dijo: «Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil» […en nosotros hay una parte que desea y está dispuesta a hacer cualquier cosa con el Señor. Pero hay otra parte tan perezosa como un perro viejo durmiendo junto al fuego.] (Mateo 26:41). ¿Lo quieres más claro?

El arma más letal que tiene el enemigo contra ti… ¡eres tú mismo! Es cierto; tu vieja naturaleza pecaminosa debe ser llevada a la cruz para ser crucificada, y eso lo tienes que hacer diariamente.

¡El lugar de oración es donde lo haces! En la presencia de Dios te ves como Él te ve. Allí, en el momento de arrepentirte, Él te revela, quita las cosas viejas, y te restaura. Cuando dejes la oración, dejes tu protección. Por lo tanto, «ora et labora»!

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