Somos Amigos de Dios ­- Parte 3

0

amigos-de-Dios-3«OS HE LLAMADO AMIGOS» (Juan 15:15b)

Somos Amigos de Dios ­- Parte 3

El cuarto paso para desarrollar tu amistad con Dios es: ¡elegir obedecerle!

Normalmente pensamos en la obediencia como una característica de la relación con nuestros padres, un jefe o un oficial de rango superior, pero no con un
amigo. Pero Jesús dijo: «Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando» (Juan 15:14). La verdadera amistad no es pasiva; actúa. Cuando Jesús
nos pide que amemos a los demás, ayudemos a los necesitados, ofrendemos, mantengamos limpias nuestras vidas, perdonemos, y traigamos otros a Él, ¡el
amor nos motiva a obedecer inmediatamente!

Las grandes oportunidades llegan, normalmente, una sola vez en la vida, pero las pequeñas nos rodean todos los días. Por medio de actos de obediencia sencillos colocamos una sonrisa en el rostro de Dios. ¡Él valora la obediencia mucho más que tanta devoción religiosa! Escucha: «se complace el Señor» en la obediencia Mejor es obedecer» (1 Samuel 15:22).

Al principio del ministerio público de Jesús, Dios anunció: «Este es mi Hijo amado, en Quien tengo complacencia» (Mateo 3:17). ¿Qué estuvo haciendo Jesús durante treinta años para agradar a Diosí La Biblia menciona: «se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz² (Filipenses 2:8b). Treinta años agradando a Dios se resumieron en dos palabras: ¡»haciéndose obediente»! ¿Y sabes qué? ¡La relación que Jesús tuvo con su Padre es la que Él quiere que tú tengas con Él! 

«…OS HE LLAMADO AMIGOS..» (Juan 15:15b)

¡Debes desear la amistad con Dios más que cualquier otra cosa! La Biblia está llena de ejemplos acerca de esto. David deseó conocer a Dios más que nada en el mundo. Usaba palabras como: desear, anhelar¹, estar sediento¹ y tener hambre¹. Escucha: «Una cosa he demandado al Señor, esta buscaré: que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida» (Salmo27:4). De nuevo dijo: «…mejor es tu misericordia que la vida…» (Salmo 63:3).

El deseo de Jacob era tan intenso, que luchó con Dios toda la noche. Escucha: «No te dejaré, si no me bendices» (Génesis 32:26b). Lo más sorprendente es que Dios todopoderoso dejó ganar a Jacob. ¿Por qué? Porque la lucha requiere contacto personal, y esto nos acerca a Él.

Pablo era otro hombre apasionado por tener amistad con Dios. Nada le importaba más. Escucha: «Quiero conocerlo a Él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a Él en su muerte: (Filipenses 3:10).

La amistad con Dios es una elección, no casualidad. Debes buscarlo intencionalmente. Eso significa contestar a estas preguntas: ¿Lo valoro más que ninguna otra cosa? ¿Compensa abandonar otras cosasí ¿Merece la pena cultivar los hábitos y aptitudes necesariosí ¿Vale la pena orar: ³Señor, más que ninguna otra cosa, quiero conocerte²? La respuesta de Dios a esa oración ha sido siempre: ³Me buscaréis y Me hallaréis, porque Me buscaréis de todo vuestro corazón² (Jeremías 29:13).

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí