La tentación – Parte 2

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tentacion-biblia-prueba«…LOS RECTOS… SU VIDA PROTEGE[N] (EL)[LOS] QUE GUARDA[N] SU CAMINO» (Proverbios 16:17)

La tentación – Parte 2

No importa lo espiritual que te vuelvas, ¡nunca dejarás atrás la tentación! De hecho, la tentación es un cumplido; significa que Satanás teme tu potencial. Por lo tanto, cuanto más te acerques a Dios, más te atacará. Mientras estás orando, él te sugerirá un pensamiento malo para distraerte y avergonzarte. No te asustes.
Satanás teme tus oraciones y hará cualquier cosa para impedirlas.

Así que en vez de condenarte, descubre simplemente sus artimañas y céntrate de nuevo en Dios. Hay dos cosas que te ayudarán a vencer la tentación:

(1) Identifica tus pautas. Pregúntate: ¿Cuándo soy tentado?

Normalmente somos más vulnerables cuando estamos cansados, solos, aburridos, deprimidos o bajo estrés, hemos sido heridos, estamos enfadados, preocupados, o después de haber obtenido un gran éxito o una victoria espiritual. ¡Identifica tus pautas! Escucha: «…los rectos… su vida protege[n] (el)[los] que guarda[n] su camino» (Proverbios 16:17);

(2) Pide la ayuda de Dios. «Invócame en el día de la angustia; te libraré…» (Salmo 50:15).

¿Por qué entonces no nos volvemos a Dios más a menudo? ¡Porque en ese momento sólo queremos hacer lo que nos apetece! ¿Verdad que sí? O porque estamos avergonzados por seguir cayendo en las mismas tentaciones. Pero Dios no se irrita ni se impacienta con nosotros. Escucha: «Acerquémonos… al trono de la gracia, para… hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4:16). Si tienes que clamar cien veces al día por la ayuda de Dios, ¡Él estará allí por ti! De la misma forma que las raíces de un árbol crecen más fuertes cuando el viento sopla contra él, cada vez que te opones a una tentación te pareces un poco más a Jesús.

«APARTA MIS OJOS PARA QUE NO SE FIJEN EN COSAS VANAS…» (Salmo 119:37)

Resistirte a un pensamiento no funciona. Lo único que hace es concentrarte más en algo malo y hacer más fuerte su atractivo. Cuando lo resistes, lo que haces es consolidarlo. La tentación no se derrota luchando contra su encanto. Cuanto más luches contra el encanto, más te consumirá y te controlará. Todo lo contrario, la
forma más rápida de neutralizar una tentación es ¡poner tu atención en otra cosa! La batalla se gana o se pierde en tu mente. Cualquier cosa que capte tu atención te atrapará eventualmente.

¿Has visto alguna vez un anuncio de comida en la televisión y repentinamente te ha entrado hambre? Ese es el poder de la sugestión. Por naturaleza somos atraídos hacia las cosas en las que centramos nuestra atención. Por ejemplo, el repetir: «Tengo que dejar de comer tanto, o de fumar, o de sentir deseos» es una estrategia contraproducente: Lo único que haces así es mantener tu atención en lo que precisamente no quieres tener en mente. Ignorar la tentación es mucho más eficaz. Una vez que tu mente está ocupada en otra cosa, la tentación pierde su poder sobre ti. La mente es el órgano más vulnerable de tu cuerpo; por eso debes mantenerla orientada hacia la dirección correcta. Los buenos pensamientos vencen los malos pensamientos. Es el principio del reemplazo. «…vence[s] con el bien el mal» (Ver Romanos 12:21b).

Satanás no puede cautivar tu atención cuando tu mente está ocupada con otra cosa. Es por eso que dice la Biblia: «…todo lo puro… en esto pensad» (Filipenses 4:8b). Si tomas esto en serio, debes comenzar a llevar un control de tu mente y custodiar lo que recibes de los medios de comunicación porque: «…guarda tu corazón, porque de él mana la vida» (Proverbios 4:23). Esto requiere mucha disciplina y práctica, pero con la ayuda de Dios puedes reprogramar tu manera de pensar y vencer la tentación.

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