La Biblia y la queja, Deja de quejarte!

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la queja en la BibliaLa Biblia y la queja, Deja de quejarte!

«ACONTECIÓ QUE EL PUEBLO SE QUEJÓ…» (Números 11:1)

Escucha: «Aconteció que el pueblo se quejó a oídos del Señor… y ardió su ira. [y] consumió uno de los extremos del campamento» (Números 11:1). Si esto no te convence de cómo Dios considera la queja, ¡nada lo hará!

Mas, ¿a quien dañas realmente cuando te quejas?: (a) A ti mismo. La queja conduce al enfado, a la amargura, y hasta a la depresión. El Señor te ama, y no desea que te dañes a ti mismo; (b) A Dios. La queja cuestiona su carácter; de hecho es como si dijéramos: «Señor, lo has estropeado; tuviste la oportunidad de complacerme, pero al final lo has echado a perder»; (c) A otros. Nadie disfruta siendo «miembro de la Brigada de los Jarros de Agua Fría». Tus pensamientos negativos afectan a los que te rodean. ¿Alguna vez te has parado a pensar por qué el quejarse es tan popular, cuando en realidad no produce ningún cambio? ¡Porque ello satisface nuestra naturaleza egoísta!

Pero hay buenas noticias. Escucha: «Aconteció que el pueblo se quejó…» (Números 11:1). Observa la palabra: ‘Aconteció’; desarrollaron un modo de pensar, una forma de afrontar la vida. De modo que si puedes convertirte en «un quejica», ¡entonces puedes transformarte en un «hijo agradecido» por la gracia de Dios! Reconociendo que «yo elijo mi actitud», es posible elegir una mejor. Si realmente deseas cambiar, comienza a orar: «Señor, quiero que «el panorama» de mi vida sea diferente; anhelo experimentar el gozo que Tú das a aquellos que abandonan «el desierto» de la ingratitud y se adentran en «la Tierra Prometida» de la acción de gracias».

Hay una clase de queja en concreto que realmente rechina a los oídos de Dios. Escucha: «Aconteció que el pueblo se quejó a oídos del Señor…».

Para algunos de nosotros, la adversidad tiene que ver con un problema de salud. Para otros es una espinosa carrera con continuos cambios de trabajo. Para otros es que les intenten cargar con la responsabilidad de una situación familiar acontecida hace años, pareciéndoles injusto. Algunos de nosotros tomamos malas decisiones y nuestro matrimonio se deshizo; ahora luchamos con familias
mezcladas y las consecuencias de nuestras elecciones. Todos tenemos que tratar con algún nivel de adversidad. Cada uno de nosotros tiene algo en su vida, acerca de lo cual ¡Dios no quiere escuchar ni una sola queja!

Es duro vivir con la adversidad, pero debes comprender esto: Cuando te quejas, pierdes el derecho a la gracia que te permitirá sobrellevarla. La fortaleza y el gozo necesarios para experimentar la victoria están a nuestro alcance, pero si elegimos quejarnos o aferrarnos al «ídolo de una vida perfecta», la perdemos.

«¿Y qué puedo hacer?». Hazte estas dos preguntas: (a) ¿Soy «un quejica»? Piensa en ello. ¿Por qué? Porque quejarse es algo que no solemos ver en nosotros mismos pero sí en los demás; (b) ¿Estoy dispuesto a arrepentirme? Si realmente deseas abandonar esta actitud «desértica», piensa primeramente acerca del porqué te encuentras en ella. Si Dios te revela que la queja es un problema en tu vida, confiésalo, y ¡déjalo atrás! De no ser así, espera mucho más «desierto» en el futuro.

Te animo a leer estos excelente versículos sobre la queja los cuales serán de grande bendición en tu vida:

  1. Versículos Bíblicos Sobre La Queja ¿Que Dice La Biblia?

1 COMENTARIO

  1. Su devocional me fue de ayuda y bendición. Doy clases bíblicas a niños no cristianos y esta fue una herramienta muy útil. Gracias. Saludos y bendiciones

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