Una restauración muy «especial»
«¡…SOPLA SOBRE ESTOS MUERTOS, Y VIVIRÁN!.. Y ENTRÓ ESPÍRITU EN ELLOS…» (Ezequiel 37:9b,10b)
Cada vez que ves a alguien que está siendo usado grandemente por Dios, lo más probable es que a lo largo de su vida haya experimentado dolor y rechazo. Ezequiel oró: «¡…sopla sobre estos muertos, y vivirán!… y entró espíritu en ellos… (Ezequiel 37:9b,10b). Dios tiene una restauración «especial» para aquellos que han sido heridos, condenados y abandonados a la muerte.
(1) Después de ser expulsado de la ciudad, apedreado y dejado por muerto, Pablo habló de que fue llevado al tercer cielo, donde experimentó cosas demasiado maravillosas para explicar en la Tierra (ver 2 Corintios 12:2-4). De hecho, la experiencia fue tan profunda que no sabía decir si le había pasado en el cuerpo o fuera del cuerpo.
(2) Cuando Juan fue exiliado a una colonia penal en la isla de Patmos, encadenaron su cuerpo, pero no pudieron encarcelar su espíritu. Abandonado y desterrado, escribió estas palabras: «Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta…» (Apocalipsis 1:10). Como resultado de esto, escribió el libro de Apocalipsis.
David dijo: «…en el día del mal… levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean… cantaré y entonaré alabanzas al Señor» (Salmo 27:5b,6). Así es como te glorías en la tribulación, y al mirar hacia atrás eres capaz de decir: «Gracias por la experiencia. Sin ella nunca hubiera llegado a conocer a Dios como lo conozco hoy». De hecho, ¡una vez que empieces a ver las cosas de esta forma, puede que hasta tengas la tentación de llamar por teléfono a tus enemigos para darles las gracias por como te trataron!
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