Alabanza a Dios que cuesta

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Alabanza a Dios que cuesta

«…OFREZCAMOS SIEMPRE A DIOS, POR MEDIO DE ÉL, SACRIFICIO DE ALABANZA…» (Hebreos 13:15)

Si te sientes como si las circunstancias te tienen «encerrado«, lee esto: «…a medianoche… Pablo y Silas(,) cantaban himnos a Dios… Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían… se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron» (Hechos 16:25- 26). ¡La alabanza abre las puertas! ¡Ella rompe cadenas!

En cualquier momento que estés dispuesto a alabar a Dios a pesar de tus circunstancias, las fuerzas del Cielo vienen en tu ayuda. Pero no tengo ganas de alabar al Señor’, te dices. Entonces, ofrécele un «sacrificio de alabanza». Cualquiera puede alabarle en los ratos buenos, pero cuando tienes que sobrepasar tus sentimientos, tus circunstancias y las opiniones de otros para hacerlo, es cuando realmente cuenta.

La toma de Jericó (lee Josué 6) nos enseña que a veces tenemos que gritar (lee versículo 10b) cuando:

(a) nos encontramos contra una «pared de ladrillos» (lee versículo 1).

(b) nos sentimos como si estuviéramos dando vueltas en círculos (lee versículo 14).

(c) parece que el enemigo se está burlando de nosotros.

(d) nuestra mente racional piensa: ‘De este modo no se puede ganar una guerra’.

(e) es la última cosa en el mundo que tenemos ganas de hacer.

Nehemías escribió: «…el gozo del Señor [el gozo que viene del saber que Él está contigo y que ha ido delante de ti para resolver las cosas a tu favor] es vuestra fuerza» (Nehemías 8:10b). Si miras a las circunstancias para encontrar alegría, vivirás en una «montaña rusa» emocional. Pero si miras al Señor de tus circunstancias y te alegras en su bondad inagotable, ¡te moverás siempre desde la debilidad hacia la fuerza!

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